El precio del dólar ha sido un eje de discusión en los últimos meses. Aumentó sin parar desde el triunfo electoral de Pedro Castillo y a fines de julio superó los cuatro soles. En tanto, la semana pasada la divisa estadounidense rompió todos los récords y llegó a los 4.13 soles. Está claro que influyeron algunos factores externos, pero a nivel local, la inestabilidad política tuvo una grave responsabilidad en la evolución de los hechos, que condujeron a la depreciación de nuestra moneda. Con Guido Bellido y el extremismo de algunos ministros, el país transitó por momentos de poca credibilidad. Con tanta incertidumbre, la confianza en el Gobierno fue nula.
La recomposición del gabinete ministerial ha dado un nuevo aire al Ejecutivo y como reflejo inmediato, el precio del dólar se ha debilitado y está en descenso. Nuevamente se comprueba que si mejora en algo lo político, mejorará lo económico y lo social. La gobernabilidad en nuestro país permitirá que se supere progresivamente la grave crisis que atravesamos. Solo hay que asumir que cualquier proyecto de desarrollo tendrá que hacerse dentro del sistema democrático y el Estado de Derecho. Por lo tanto, impulsar planes radicales, nacionalizaciones o cambio de la Constitución, solo generará un panorama político desquiciado que al final afectará a todos los peruanos.