Llamó mucho la atención que hace unos días el presidente de la República, Ollanta Humala, se haya negado a promulgar un tratado de extradición con Francia (que ya había sido aprobado por el Congreso y el cual poseía nuevas y diversas figuras delictivas relacionadas a lavados de activos y otros delitos de corrupción). Pero lo que ha generado suspicacias es que días después que se conozca esta decisión del Gobierno, se difundió la noticia que a Nadine Heredia se le iniciará una investigación de sus movimientos bancarios y bursátiles por parte de la justicia francesa. También se supo que la Oficina de Cooperación Internacional del Ministerio de Justicia de Francia abrirá pesquisas a Ivoska Humala, hermana del Jefe de Estado, y a la exembajadora peruana en Francia Cristina Velita.

Aparentemente parece más que una coincidencia. ¿Será posible que el presidente de la República priorizara sus intereses personales antes que los temas de importancia nacional? No lo sabemos. Lo cierto es que son tan graves los problemas que aquejan a la pareja presidencial, con respecto al tema de las agendas, que cualquier atajo sirve para evitar un desenlace lapidario.

La falta de rapidez y de respuesta del presidente Ollanta Humala para tomar el toro por las astas y aclarar este asunto generan críticas y cuestionamientos, pero no sorpresa. Casi siempre, durante su gobierno, se ha quedado paralizado ante algunas circunstancias polémicas. Y eso de cara a la opinión pública es lamentable.

Todos sabemos que es un gobierno sin reflejos, pero si sigue así el futuro político de Ollanta Humala, su esposa y el nacionalismo será nulo. Les va a resultar imposible seguir el camino que quieren.

TAGS RELACIONADOS