Un grupo de parlamentarios ve cómo las horas más oscuras por las que pasa la fiscal de la Nación, Patricia Benavides, podrían convertirse también en las más pesadas para ellos porque, de comprobarse lo aducido por la Eficcop, un gran grupo de ellos habría vendido sus conciencias -y votos- a cambio de librarse de investigaciones en el Ministerio Público. Quién diría que, según la investigación fiscal, el Parlamento y la más alta representante del Ministerio Público compartirían un mismo modus operandi con Pedro Castillo y “Los Niños”, con la única diferencia de que el golpista frustrado, preso en Barbadillo, se tiró a la piscina sin agua y no tenía una red como la que sí habría tendido Benavides Vargas. ¿Quién habrá emulado a quién? Ahora bien, tan cerca sienten los pasos, gracias a este “agente especial” que no es más que un delator con conocimiento de causa, que los parlamentarios están nerviosos. A esto se suma el anuncio que el otrora asesor de Benavides, el detenido Jaime Villanueva, habría aceptado ser colaborador eficaz.

El no poder negar sus reuniones con los investigados exasesores de Benavides hace que tengan exabruptos, como el de Patricia Chirinos contra la prensa que solo cumple su trabajo. Parece que se les viene la noche y eso tiene a más de uno nervioso. Si no es así, ¿por qué temen?

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