El cardenal Pedro Barreto dijo hace poco que ante las evidencias de corrupción en su gobierno, el presidente Pedro Castillo debe dar un paso al costado. Sin duda, este pedido de renuncia va en sintonía con lo que reclama la mayoría de peruanos. “Esto no es democracia (...) son delincuentes que han entrado en la política”, sentencia el religioso.

Por supuesto, estas verdades como un puño han generado reacciones inmediatas del líder de Perú Libre, Vladimir Cerrón, congresistas y militantes de ese partido. “Pedro Barreto al lado de los ricos”, “¿Cuánto de sueldo percibió el pueblo a través del Estado sin ser electo? ¿Paga algún impuesto?”, fueron algunas respuestas llenas de resentimiento del sentenciado por corrupción. Otros fueron más agresivos y llegaron hasta los insultos.

Sin embargo, se quedan mudos ante las claras señales de corrupción del ministro de Salud, Jorge Flores. A propósito, la Fiscalía ya inició las investigaciones respectivas y como primera medida incautó el departamento que había adquirido la familia del funcionario del gobierno de Pedro Castillo. ¿No hay nada que cuestionar en este tema o Flores es su protegido?

Es frecuente encontrar frases descalificadoras de Cerrón contra sus enemigos políticos, incluso faltando a la verdad, pero cuando tiene que alzar la voz sobre irregularidades y negociados de sus acólitos su silencio es mineral. ¿Será por solidaridad o por complicidad?