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El Congreso tardó ocho meses en resolver el levantamiento de inmunidad del ahora prófugo Edwin Donayre. La reacción es que la Corte Suprema sea la que levante esta prerrogativa. ¿La justificada indignación por la indebida protección de la mayoría parlamentaria justifica un bandazo constitucional? Estamos convencidos de que privilegios como la inmunidad y el antejuicio político no deben servir para la impunidad, pero tampoco deberíamos debatir modificaciones considerando solo el corto plazo. Los mecanismos constitucionales deben entenderse como parte de una estructura ideada para permanecer y no para responder a contingencias políticas, menos como parches. (Porque si lo que se busca es ser consecuentes, habría que eliminar también los privilegios que tienen jueces y fiscales supremos de ser acusados antes, paradójicamente, por los mismos congresistas).

En otro caso reciente, según el Ministerio Público la gestión de Susana Villarán pudo haber recibido dinero a cambio de favorecer a OAS y Odebrecht en la renegociación de contratos de la Línea Amarilla y Rutas de Lima. La respuesta del alcalde Muñoz fue convocar al concejo para evaluar la continuidad de los contratos sin un estudio previo ni pensar en el mensaje que se da a los inversionistas. Atento a lo sensible que es la cuestión de los peajes, el alcalde busca unos puntitos hablando de dejar sin efecto las concesiones hoy en manos de inversionistas que no las negociaron directamente pero lograron comprar los derechos a los dueños de OAS y Odebrecht cuando ya estaban presos y necesitaban dinero para responder por sus delitos, y los peajes limeños aseguraban un suculento flujo de caja de hasta 40 años por obra y gracia de los funcionarios de la gestión Villarán. Hace menos de un mes el alcalde de Lima, en uno de sus gestos por eliminar “peajes manchados por la corrupción”, anunció que dejaría “sin efecto” el contrato con GyM para construir la Vía Expresa Sur, y la empresa le respondió que sus palabras “no tienen efecto alguno sobre el contrato”. Hoy que es popular hablar de nulidades sin analizar posibles perjuicios económicos por decisiones apresuradas, tal vez lo más inteligente resulte la renegociación.

El problema de las soluciones del momento, por muy populares que sean como las comentadas, es que son reemplazadas luego por otras similares cuando el viento sople en otro sentido.