El Perú ocupa el primer lugar en subrepresentación en Latinoamérica. El Congreso peruano es equivalente al uruguayo y al hondureño pese a que estos tienen 3.4 millones y 9.9 millones de habitantes, respectivamente. Uruguay tiene un congresista cada 26,928 habitantes, mientras que Perú, uno por cada 254,992 habitantes.
Con la Constitución del 79 había 240 representantes en un congreso bicameral, es decir, en esa época teníamos un representante cada 70,000 personas. En 1993, un representante cada 194,000 habitantes y, en la actualidad, hay un legislador cada 256,000 habitantes.
Esto por supuesto que lo saben nuestros actuales congresistas, sin embargo decidieron consignar 130 diputados y 60 senadores como MÍNIMO. Esto quiere decir que el número final de representantes se podría fijar por ley, otorgando un papel protagónico al JNE.
Las propuestas que se barajan son un diputado por cada 160,000 electores y el doble para senador. Si esto es así, ¿cuántos diputados y senadores tendremos en 2026?.
Además, observamos otra incongruencia, pues se quiere mantener a dos diputados para los representantes en el exterior, a pesar que son casi un millón de peruanos inscritos en los consulados. ¿Los peruanos en el exterior valen menos al votar? La democracia cuesta e, independiente de lo que las encuestas puedan decir, tenemos que mirar lo que funciona en otros países. La Comisión de Alto Nivel para la Reforma Política estableció en 300 los representantes que se necesitaban para un país como el del Perú. ¿Quién le pondrá el cascabel al gato? ¿La población entenderá esta necesaria reforma? O ¿será el tiro de gracia para los partidos con representación parlamentaria?