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Atacar desde todos los flancos la violencia contra la mujer es un asunto de interés nacional en una sociedad como la nuestra. De acuerdo con la Fiscalía, solo en Lima se registran cada día 23 denuncias por delitos de violación a la libertad sexual (violación, acoso, tocamientos indebidos, etc.) y en todo el Perú alcanzan un promedio de 63 por día, de los cuales la mayoría corresponde a violaciones sexuales. Cifras que duelen, impactan y que han comprometido al Grupo Epensa, editora de los diarios Correo, Ojo y Bocón, a lanzar la campaña #UnidosPorTodas para lograr sensibilizar al público lector con informaciones y data al respecto, y sobre todo a las instituciones del Estado a fin de que se siga luchando con fuerza para erradicar esa lacra. Todos debemos comprarnos el pleito, no mirar de lejos ni hacernos los locos. Pero, claro, es fácil sacar cuerpo al asunto, especialmente en ciertos programas de televisión en los que al parecer no consideran como violencia contra la mujer algunos contenidos que reafirman estereotipos que precisamente van a permitir que ellas sean agredidas, violentadas. Indigna ver a conductores de TV poner cara de “yo no fui” y apelar a la mejor sonrisa cuando -con el pretexto de “entretener”- califican como les viene en gana a la jovencita actriz de moda porque sale con un chico a divertirse o se le ve bailando en una discoteca en actitud romántica en su total derecho; pero a ella se le condena, mientras que en la misma situación al caballero se le aplaude. Para muchos, no se agrede a una mujer al burlarse de su peso, ponerle los apodos que quieran y compararla de la peor manera. No, claro; eso “es gracia”, es material para rellenar un programa de entretenimiento. También es válido para ciertos presentadores difundir comunicaciones privadas bajo el simple pretexto del chisme, y casi siempre en esta suerte de vendetta la mujer siempre saldrá mal parada. De igual manera, hay que recordarles que la edad tampoco es motivo de mofa: claro, galán maduro es interesante y se merece todo, mientras su contraparte femenina -sea quien fuere en el mundo del espectáculo- “ya esta tía”. Ejemplos hay muchos para demostrar que queda bastante por hacer y corregir en la industria del entretenimiento para no seguir arrastrando viejos conceptos que no ayudan en nada a detener esa violencia institucionalizada contra las mujeres. A tomar consciencia, a no borrar con una mano lo que otros buenos comunicadores hacen en la televisión a favor de una mejor convivencia y justicia para ellas.