Tantas veces Nadine
Tantas veces Nadine

Sobre Nadine Heredia puede decirse, hasta hoy, que no existe una prueba que la incrimine en la cadena de ilícitos de la que muchos la acusan, pero sí hay una cadena de pésimas decisiones en su comunicación política que la ha ido ubicando en el centro de la desconfianza. En este trance la asiste, cómo no, la presunción de inocencia. La misma que debió servirle de plataforma para una defensa oportuna, personal y contundente, y no como vienen planteando sus abogados, quienes buscan un subterfugio para anular las pesquisas de la comisión Belaunde Lossio y, menos aún, de fiscales y procuradoras a los que se insulta o se manda callar.

Esa es la principal razón de sus cuitas y no el afán opositor o de la “prensa concentrada” por asesinar moralmente al único bastión político que le queda al humalismo. ¿O me van a decir acaso que si Nadine hubiera salido desde el primer momento a encarar toda sospecha sobre sus gastos o manejos de fondos de campaña, no le habría callado la boca a sus detractores? En cambio, el “silencio digno” del que estuvo abusando y sus escasas respuestas no solo no le han servido de nada, sino que atizaron aún más las suspicacias.

Nadine se equivocó torpemente cuando dejó que el país especulara sobre sus pretensiones de postular a la presidencia en 2016, se equivocó más cuando alardeó del poder que le permitió expectorar a más de un jefe del gabinete -el caso más notorio fue el de César Villanueva en febrero de 2014- y en no zanjar de inmediato con Martín Belaunde Lossio, quien pasó a la clandestinidad en mayo de 2014. ¡Ha sido más de un año de permanente desgaste político que terminó por afectar al Presidente!

Ahora no revertirá esta situación apelando al recurso de la esposa y madre ofendida por la maledicencia política. No sabemos qué bola de cristal le ha dicho a tantos colegas que en esta puesta en escena “Nadine ganó”. En todo caso lo dirán las encuestas, pero lo mejor para ella, lo más efectivo, sería comparecer ante la prensa independiente para comenzar a desmontar -si acaso puede- cada acusación con la fuerza de la verdad y documentos en mano. No hay otra salida.

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