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En la madrugada de ayer, el exministro fujimorista Jaime Yoshiyama fue detenido luego de que en su casa, mientras se realizaba una diligencia por supuestamente haber recibido dinero sucio de Jorge Barata, fueran encontradas una pistola y balas. La ley es dura para los que tienen armas de fuego sin licencia y, ni modo, no quedaba otra, por más que algunos reclamen y aleguen que hay “persecución” de parte de la Fiscalía. Horas después fue puesto en libertad.

Sin embargo, y ya que tenemos como principal problema en el Perú a la inseguridad ciudadana, habría que decirle a los fiscales y jueces que deben ser igual de rigurosos y enérgicos con la aplicación de la ley cuando la Policía detiene en las calles a asaltantes, extorsionadores y demás prontuariados personajes, que no es el caso de Yoshiyama, con armas en su poder, para así tratar de frenar la ola de delitos que golpea a todos los peruanos, sin distinción.

Lo señalo porque cuando era director de Correo en el norte del país, los detenidos bajo sospecha de extorsión, asalto y hasta sicariato, en pocas horas estaban en la calle para afrontar su proceso “en libertad”. En algunos casos incluso se daban el lujo de aparecerse en la sede del diario, en Trujillo, para exigir una “rectificación” por haber publicado la conferencia de prensa en que la Policía daba cuenta del arresto y hasta mostraba los “fierros” incautados. ¡De Ripley!

Al ver ayer por la mañana a Yoshiyama saliendo detenido de su casa con dos policías al lado, me pregunto si los fiscales, que en este caso se muestran tan pegados a la norma, actúan con esa misma firmeza ante los hampones de alto vuelo que a cada momento caen con armas o en flagrancia de delito. Estoy seguro de que no lo hacen. Si así fuera, no veríamos a tanto hampón reincidente que nadie se explica cómo así está en la calle con semejante prontuario.

Lo visto ayer debe hacernos recordar que gran parte de la responsabilidad en la ola de violencia no recae tanto en la Policía Nacional, sino en fiscales y jueces que sabiendo muy bien que tenemos un grave problema nacional llamado inseguridad ciudadana, no actúan con la energía vista ante el caso de Yoshiyama, quien tiene mucho que aclarar sobre el señalamiento del corruptor Barata y la presencia de una pistola y abundantes municiones en su casa de La Molina.