Tía María: pausa necesaria
Tía María: pausa necesaria

El discurso presidencial de la víspera sobre Tía María no cayó bien aquí en Arequipa. Pasarle la pelota a Southern para la continuación del proyecto ratifica la sensación de debilidad presidencial. ¿De qué gobernabilidad hablamos cuando la declaración de una empresa “pesa” más que la del Presidente?

Estando aquí en Arequipa percibo sentimientos encontrados en los arequipeños. Por ejemplo, saben que si no explota la Southern, lo harán los mineros informales. Pero prefieren a estos últimos. No es racional, es emocional. Perciben que si explota el minero, es su trabajo el involucrado. Cuando les pregunto si más trabajo les da el minero informal, me responden que no, porque trabaja él mismo con su familia y algunos allegados. Entonces les digo que más trabajo tienen con la minera grande. Se quedan pensando. Admiten que sí. Pero pagan muy poco para lo que ganan, explotan a la gente, me dicen. Como digo, no hay racionalidad, pero sí mucha emotividad.

Y es que aquí, como en otras partes del Perú -hay que decirlo-, la minería sigue cultivando mala reputación. No solo en lo ambiental, donde han habido mejoras, sino en lo laboral. Los salarios son muy bajos para los mineros, y si alguno quiere reclamar un derecho laboral, lo empapelan con abogados. Esto percibe la gente común.

Al final, la empresa “dictaminó” una pausa de sesenta días. Mi opinión es que debe ser mucho más larga. Y no debiera ser solo para profundizar y difundir el debate técnico. Esto es imprescindible pero no suficiente para construir confianza. Esa pausa podría servir, por ejemplo, para que desde ya la Southern se convierta en el ejemplo de empresa minera que paga salarios por encima del mercado, que cambie su trato con ellos, y que además construya por adelantado los reservorios y los sistemas de agua que sean necesarios para convencer a la población con hechos concretos y tangibles. Sería el mejor programa de responsabilidad social empresarial que podrían implementar.

En paralelo, hay que sembrar el antídoto a las ideologías oportunistas que aprovechan y exaltan los temores. Porque no podremos evitar desafortunadas declaraciones de nuestros políticos que solo ven la arista ideológica al problema y no ayudan a su solución. Como el ocurrente congresista Rimarachín , quien culpa a la alianza del ollantismo, el fujimorismo, el aprismo y la derecha. Solo faltó que culpara a los autobots, los avengers y la barra de Boca Juniors.

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