El país ingresa hoy a su segunda semana de incertidumbre tras las elecciones del 6 de junio pasado. Esta situación no solo se debe a que hasta al momento no termina el conteo de los votos, lo que impide tener un presidenta o presidenta electa. Nada está dicho aún debido al apretado margen que separa a Pedro Castillo de Keiko Fujimori.

Sin embargo, la incertidumbre viene por partida doble. A lo referido en el primer párrafo se suma que una de las opciones en disputa, la que personifica Castillo, no ha aclarado en ningún momento qué hará con el país si es que gana los comicios. Los mensajes son confusos y hasta contradictorios, lo que no hace ningún bien al Perú.

En materia económica, que es vitar especialmente en las actuales circunstancias, no se sabe si se aplicará la “hoja de ruta” que promueve Pedro Francke, o si el radicalismo que defienden Vladimir Cerrón y su plan de gobierno propio de una futura Corea del Norte, es lo que se impondrá en el país.

El Perú está en un limbo no solo por el conteo de votos, sino porque nadie hasta ahora sabe qué pasará si gana Castillo, que es el que por ahora va arriba en las cifras.

Tanta irresponsabilidad e improvisación manifestadas en las idas y venidas que ya conocemos desde la campaña, no pueden continuar por más días. Castillo tiene la palabra.