La corrupción seguirá creciendo en el sector público en la medida que la Contraloría de la República no se dote de las herramientas de previsión y haga eficiente su trabajo.

Son más de cinco años que se habla sobre un tema y que por desidia de las fuerzas políticas en el Congreso de la República al propósito evitan y obvian tratarlo, pese a existir proyectos de ley: incrementar el presupuesto en al menos 80 millones de soles para la Contraloría y, así, que los funcionarios de las diferentes oficinas de control interno existentes en el sector público pasen a la institución.

Hoy, dicho personal “técnico” es personal allegado a los titulares de pliego en municipios, gobierno regional o direcciones descentralizadas, y existe cierta complicidad que los condiciona a no desarrollar un eficiente trabajo de prevención y control sobre corrupción, en especial de manera independiente.

No se entiende el porqué de la resistencia existente al interior del Legislativo para aprobar -por ejemplo- esta iniciativa, que permitiría en parte advertir a tiempo actos de corrupción, tan comunes en la mayoría de instancias públicas.

Lamentablemente, muchos hablan de una guerra a la corrupción pública y la mayoría de candidatos que se presentarán a la Presidencia de la República de seguro no excluirán el tema de la corrupción. Sin embargo, hay que esperar si tendrán voluntad política para hacer cosas concretas.

No olvidemos que la corrupción entre el 2001 y el 2009 dejó pérdidas por 69 millones de soles al Estado, cifra que aumentó en los últimos años.

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