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Visto desde cualquier punto, la renovación de Juan Carlos Oblitas con la Federación Peruana de Fútbol (FPF) es una buena noticia. Más allá de la incomodidad que en algún momento manifestó sentir, su presencia es un intento de purificación para una FPF que lidia con una seria crisis institucional. El asunto aquí es ver si es que a Oblitas le conviene esa renovación.

Para muchos fue una sorpresa darse con esta noticia, sobre todo cuando pocas semanas antes el propio gerente deportivo de la FPF había denunciado que violaban su privacidad desde el interior de la propia Federación, cuando una imagen suya con Edwin Oviedo circuló por redes sociales. Acusó al entonces gerente de comunicaciones Guillermo Ackermann de manipular esa foto con intereses nefastos. Este conflicto sumado a lo que dijo tiempo atrás cuando la situación legal de Edwin Oviedo comenzó a verse comprometida, aquello del asco que decía sentir, llevaban a pensar que al finalizar su contrato este año su partida era inminente.

El hecho de que Oviedo esté preso y Agustín Lozano haya tomado las riendas de la FPF ha tenido mucho que ver con su permanencia. El propio Oblitas lo confirmó y también reveló que, si hubiera aceptado renovar mucho antes, cuando Oviedo se lo propuso, habría sido irresponsable hacerlo, no solo por la situación de Oviedo, sino por las finanzas de la Federación. Dejó claro que con Lozano acordó cobrar menos de lo que hubiera cobrado con Oviedo. Que Ackermann y todo el equipo a su mando no siguieran más en la FPF también fue un claro espaldarazo para Oblitas, fue un mensaje contundente para él y en un momento preciso.

Oblitas ha dicho que espera que su renovación signifique que a partir de ahora solo se tenga que hablar de fútbol. Aunque nos parece acertado que siga en su cargo, lamentamos dudar de que su deseo sea posible de cumplir. El ‘Ciego’ dice tener un compromiso con Gareca para clasificar a la selección al próximo mundial, y la experiencia hace que sus palabras sean tomadas en cuenta. Sin embargo, ese escenario ideal en el que política y fútbol van por separado en la Videna es irreal, porque el logro de clasificar a Rusia fue resultado de un trabajo en conjunto por momentos ejemplar. La ruptura que hoy impera y en la que Oblitas pretende basar el proyecto es peligrosa e inmanejable. Solo queda espera que en el camino las piezas vayan ocupando los lugares que les corresponden y todos los ámbitos de la selección trabajen por un mismo objetivo.