Hace 30 años, la mejor manera de viajar de Arequipa a Puno y Cusco era por vía férrea. El tren se convirtió por años en el principal medio de comunicación terrestre integrador de estas tres regiones del sur, en especial de pueblos ubicados a lo largo de la misma. Varias de estas comunidades tuvieron desarrollo y oportunidad de vincularse a los cambios que se daban en ciudades capitales de provincias y región.

Para viajar por otro medio desde la Ciudad Blanca al Altiplano había que hacerlo por una carretera que unía con Chiguata y Santa Lucía.

Eran largas horas de viaje, y en esos tiempos existían pocas unidades de transporte con pocos horarios establecidos.

Los vehículos que transportaban carga sufrían las consecuencias del mal estado del camino y la travesía resultaba un tormento, tanto para choferes como para los pasajeros.

Sin embargo, desde que se puso en servicio la carretera asfaltada que va de Yura, Imata, Crucero, Santa Lucía y Juliaca, el tiempo de estos viajes se redujo a 4.5 a 5.5 horas, según la unidad motorizada.

Fue un proyecto que esperó muchos años y que hoy en día es realidad. Miles de vehículos circulan por la misma e integran los pueblos tanto de la provincia de Caylloma como de Cusco.

Proyectos como estos se requieren para seguir integrando al sur, tan igual el que va de Moquegua a Puno como el de Tacna a Puno.

Son vías que ayudan a mover la economía del país, y ahora se espera que sea realidad la promesa de reactivar y asfaltar la carretera Arequipa-Chiguata-Puno.

El presidente de la República, Martín Vizcarra, en su mensaje a Arequipa por el 478 aniversario de fundación, refirió que el proyecto es viable. El sur espera que el Mandatario cumpla su palabra.