Ecuador ha elegido un gran presidente. Conocí a Guillermo Lasso hace más de una década cuando él visitaba la Universidad de Navarra y yo estudiaba el doctorado allí. Ya por entonces, tras una larga carrera como banquero, Lasso había decidido incursionar en política para ayudar a su país. Como es natural, muchos intentaron disuadirlo. ¿Para qué te vas a complicar la vida?, le decían. Guillermo, con su bonhomía, decidió seguir adelante por amor al Ecuador. Padre de familia numerosa, esposo dedicado, empresario y profesional exitoso, Lasso ha decidido entregar toda su experiencia al servicio del Ecuador.
Su pueblo ha respondido dándole la confianza. Hartos del socialismo del siglo XXI, conscientes de sus limitaciones y de la pulsión autocrática que caracteriza al chavismo, los ecuatorianos han optado por la libertad y el crecimiento sostenido. Una sociedad de pequeños propietarios, de mujeres y hombres libres que viven sin dejar de preocuparse solidariamente por los demás, eso es lo que propone Lasso ahora que ha llegado a la presidencia. Mientras otros prefieren mirar atrás, Ecuador da un paso adelante.
Bien haríamos en mirar el ejemplo de nuestros vecinos. Ciertamente cada sociedad es distinta, pero el camino hacia el desarrollo y la democracia es muy parecido. Construir instituciones y dejar a la gente trabajar en paz. Ser solidario sin imposiciones artificiales y tener un Estado que funcione sin populismos y se ocupe de solucionar problemas reales, no reclamos ideológicos. Nos falta mucho para que el sentido común reine al sur del Ecuador. Mientras tanto, felicito al pueblo ecuatoriano y a su nuevo Presidente, un hombre íntegro, luchador y patriota. Todo un ejemplo para el Perú.