Ayer los peruanos hemos visto con esperanza el inicio del proceso de vacunación de militares, policías y especialmente de los adultos mayores, que son los más vulnerables, el extremo que alrededor del 70 por ciento de los fallecidos por coronavirus en lo que va de la pandemia que se ha llevado más de cien mil peruanos, han estado por encima de los 60 años de edad.
Es por eso que el proceso de inmunización no puede parar. La crisis se mantiene en un pico, los muertos se cuentan por cientos todos los días, sigue la escasez de camas UCI y oxígeno, y de momento no hay otra alternativa al problema que no sea la vacunación de la mayoría o todos los peruanos.
El gobierno del presidente Francisco Sagasti tiene que hacer todos los esfuerzos para que el proceso continúe a paso acelerado, siempre aclarando las dudas que puedan ir surgiendo respecto a la calidad de las dosis que está adquiriendo el Estado.
La comunicación no puede fallar alrededor de este asunto tan sensible y, literalmente, de vida o muerte, especialmente si nos referimos a los adultos mayores.