En medio de renuncias y creación de nuevas bancadas en plena negociación de comisiones del Congreso, un grupo de legisladores de Acción Popular presentó ayer un proyecto de reforma constitucional que busca restablecer la inmunidad parlamentaria.

Es importante recordar que la inmunidad parlamentaria es un tema controvertido que tiene pros y contras. En algunos países, se implementa para proteger la independencia de los legisladores y evitar persecuciones políticas injustas. Sin embargo, también puede ser objeto de abuso y permitir que legisladores corruptos eludan la justicia. Por esto último, en el 2021, el Congreso decidió eliminarla.

Que nueve congresistas de Acción Popular, investigados en el caso de “Los Niños”, sean los que encabecen la propuesta es muy significativo. Demuestra a todas luces que es una declaración de intenciones. Para muchos es un proyecto para beneficio propio ante la posibilidad que sean procesados. Otros van más allá y dicen que buscan obtener un manto de impunidad. Al final, todo parece es un intento que responde al criterio miope y mezquino de los intereses personales y de grupo.

Lo cierto, es que nuevamente el Congreso genera ruido político con una medida tan impopular. Las grandes reformas prometidas en beneficio de la gente son inmoladas a cambio de proyectos que solo les favorece a ellos. Esto deja en entredicho su propósito de enderezar el rumbo y levantar su alicaída imagen.