Muchas de las cifras de las últimas encuestas son tan contundentes contra Keiko Fujimori que podrían interpretarse como una advertencia de lo que puede pasar en las elecciones generales del 2026. Según el último sondeo de Ipsos el 61% de peruanos (67% en el centro del país y 81% en el sur) no votaría definitivamente por la lideresa del fujimorismo. Muy probablemente, en una hipotética segunda vuelta entre ella y cualquiera, perdería por cuarta vez consecutiva.

Sin embargo, seguramente Keiko y su troupé de ayayeros verán en el 11% que votaría definitivamente por ella, la posibilidad de ir “al todo por el todo” por el balotaje, confiando en la atomización de las candidaturas presidenciales.

Es evidente que la figura de Keiko Fujimori y sus derivaciones políticas han sido uno de los temas ejes de discusión en los últimos 25 años en nuestro país. Siempre ha tenido mucha influencia en el panorama nacional. Recuerden que en el 2018, un sondeo la encumbró como la persona más poderosa del Perú. Sin embargo, se dedicó a manejar su poder y el de su bancada atendiendo solo a sus intereses políticos, mirando ambiciosamente a una victoria electoral que tal vez nunca llegue. Y en medio de eso estuvo involucrada en procesos judiciales por liderar presuntamente una organización criminal y hasta sufrió una prisión preventiva.

El argentino Jorge Valdano decía que los entrenadores de fútbol y los políticos son las mayores víctimas de la percepción que ha conocido. Si hablamos de percepción, la mayoría del país rechaza a Keiko Fujimori. Debe ser por eso que en el 2021, Semana Económica dio cuenta que por tercer año consecutivo la lideresa de Fuerza Popular encabezaba la lista de las personas que debería dejar la política.

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