La Encuesta del Poder 2023, realizada por Ipsos Perú, da cuenta de un empate en el primer lugar. El 85% de autoridades, políticos, analistas, periodistas, empresarios, intelectuales, entre otros, estiman que la presidenta Dina Boluarte y el premier Alberto Otárola son los más poderosos del Perú. Es la tercera vez que dos personas encabezan la lista. Antes fueron Alberto Fujimori y Vladimir Montesinos (1997) y Ollanta Humala y Nadine Heredia (2014). Las comparaciones pueden ser exageradas, pero la mayoría coincide que Boluarte y Otárola, tal como las otras duplas, son inseparables.

Destaca también que entre los diez primeros estén Keiko Fujimori (tercera), quien subió seis puestos con respecto al año pasado; César Acuña (quinto) y Vladimir Cerrón (octavo), líderes de las agrupaciones políticas que en el Congreso sostienen en el cargo a Dina Boluarte. Los encuestados comprenden que el poder de estos personajes tienen que ver con la cohabitación con el Gobierno.

Es evidente que Boluarte no se dejó embaucar por la cháchara ideológica y prefirió el pragmatismo. Emergente de una crisis profunda del país se quedó con un montón de poder que no sabía manejar. Estonces se rodeó de gente afín a sus intereses y repartió el poder. Esta es una demostración en la que se eligió la conveniencia.

El peligro es que la mandataria crea que gobernar es durar en su puesto de privilegio hasta el 2026 sea como sea y que sus socios políticos asuman que sus relaciones con el poder solo sean una concesión para saciar sus apetitos políticos. Con tantos errores, negligencias y señales de corrupción de la clase política no es sencillo guardar optimismo y ahuyentar los temores.