Una gran oportunidad
Una gran oportunidad

En esta semana, la capital de Bielorrusia, Minsk, ha sido el centro de la atención mundial, donde los líderes de Rusia y Ucrania se reunieron a instancias de la canciller de Alemania, Angela Merkel, y del presidente de Francia, Francois Hollande, quienes actuaron de mediadores a fin de establecer los más elementales puntos de acuerdo para alcanzar la paz en Ucrania. El principal de ellos ha sido el de un alto el fuego en el área de conflicto, en las provincias del este, de mayoría absoluta de origen ruso. Ahora es cierto que es un acuerdo muy frágil y puede ser violentado en cualquier momento. Tanto Alemania como Francia han jugado un papel importantísimo por dos razones fundamentales. Alemania por ser el país con la mayor cantidad de inversiones en Rusia y uno de los más dependientes de la energía proveniente de ese país en forma de gas y petróleo; y Francia porque es uno de sus principales aliados en Occidente, si no el primero. Ambos han intervenido al ser conscientes de que se estaba empujando la disputa a un nivel que en cualquier momento se iba de manos, convirtiéndose en un conflicto mundial. La amenaza del presidente de EE.UU. de proporcionarle armas de última tecnología al gobierno de Ucrania iba a desembocar ineludiblemente en un conflicto de naturaleza mundial, pues Rusia, a través de las declaraciones de Putin, señaló que no lo admitiría. La acción de estos dos países, quienes son los más importantes de Europa, define en cierta manera que los europeos son conscientes de que un conflicto de esta envergadura los iba a involucrar directamente y que por lo tanto no están dispuestos a perder su desarrollo y confort por una nueva aventura bélica de EE.UU. Por su lado, los rusos tampoco quieren echar por la borda el desarrollo alcanzado por un conflicto, más aún cuando su alianza de la Zona Euroasiática (que involucra a China) se encuentra en plena marcha. Ahora bien, la zona en disputa es el granero del cual se nutre Rusia, por lo que el gobierno de Ucrania tendrá que reconocer y garantizar las autonomías de esa zona, que es vital para la alimentación de la Federación Rusa. En fin, todo dependerá de las acciones que realice el presidente Obama en el futuro, pues ahora Alemania y Francia le han devuelto la pelota a EE.UU. y todos continuamos en ascuas.