Todo el país se conmocionó con el fallecimiento del primer vicepresidente del Congreso, Hernando Guerra García, en Arequipa, debido a que no pudo ser atendido en la posta de salud más cercana y en camino al hospital dejó de existir. algo que generalmente no sucede con las personas importantes, pero es común entre la gente sin recursos. Guerra García falleció por desatención en una posta que nunca fue prioridad en la salud pública. Las postas de salud, en general no cuentan con el personal, las medicinas indispensables ni el mínimo necesario para salvar una vida en urgencia. Necesitamos un sistema que responda a la Atención Primaria de salud, para atender al paciente grave, para prolongar una vida necesaria y útil para la sociedad. Una población más sana contribuye a reducir las desigualdades. Si los políticos y las autoridades quisieran rendir un verdadero y real homenaje a Hernando Guerra García podrían, con una iniciativa de ley de Fuerza Popular, a cuyas filas perteneció, hacer algo esencial para la gente como ordenar que se reactiven las postas de salud y se les de la financiación que necesitan para cumplir su misión. Sería algo trascendente en su nombre, activar la red de postas de salud. Que los gobiernos regionales y el MINSA asuman este objetivo. Que la triste partida de Nano permita poner los reflectores en el significado de la Atención Primaria de Salud, tan descuidada desde los pavorosos días de la pandemia cuando dejó de funcionar por designios de Martín Vizcarra. Sería algo que más allá del homenaje que permita recordarlo en su sensibilidad social. Mejorar la enorme red de postas de salud significa pensar en la vida de los miles de pacientes que acudirán a ellas con urgencia y desesperación por atención médica.