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Evo Morales es un perfecto zoon politikon o animal político. Así llamaba Aristóteles a los hombres con poder que sabían utilizarlo políticamente en bien de sus gobernados. Ha invitado a los expresidentes de su país para que integren la comitiva oficial a fin de presenciar los alegatos en el juicio oral contra Chile en la Corte Internacional de Justicia, previsto para el mes de marzo. Económicamente, el costo de la participación boliviana, chilena o de cualquier otro Estado que litiga en la CIJ suele ser muy alto, pero comparado con los intereses nacionales e históricos, resulta insignificante. Morales, quien ha recibido hasta ahora las confirmaciones de los exmandatarios Jaime Paz Zamora (1989-1993) y Carlos Mesa (2003-2005), está maximizando la moral nacional boliviana en su histórica pretensión de salir soberanamente al mar y de paso manda un mensaje firme a la propia Corte acerca de la unidad boliviana, atenta a un fallo sobre el más importante tema de Estado. Evo también ha invitado a excancilleres y a líderes sindicales. Este escenario me impide ignorar el caso peruano. En nuestro país fue exactamente lo contrario, y hasta fueron prácticamente bajados del avión varios congresistas de la República que se habían ganado legítimamente el derecho de presenciar el solemne proceso oral internacional de la defensa de nuestra posición contra la de Chile. Fue sembrada la idea en los medios de prensa -desde adentro de la propia delegación- de que podían entorpecer y hasta poner en riesgo el modus operandi de los alegatos peruanos. ¡Totalmente falso! Y les faltó carácter a nuestros padres de la patria. El equipo de La Haya lo hizo todo en forma hermética y jamás permitió que nadie exógeno pudiera internamente siquiera decir su opinión. El excanciller Luis Marchand y el suscrito fuimos incorporados al proceso de transferencia (García-Humala) en el 2011 y solamente así, y a puro pecho, pudimos conocer la memoria, contramemoria, réplica y dúplica del juicio cuando aún eran confidenciales para explicar al nuevo presidente del Perú, lo que hice personalmente. Evo es más plural que García y menos miedoso que Humala.