Con el levantamiento -a partir del 01 de julio - del confinamiento obligatorio impuesto por las autoridades para contener la pandemia del COVID-19, pareciera que gobierno y población hubiesen relajado el esfuerzo que a cada uno corresponde hacer para combatirla. El primero ya volvió a enfrascarse en una feroz pugna política contra el Congreso (irónicamente, hechura de aquel) a pesar de los magros resultados que muestran los indicadores sobre el COVID-19, mientras la población transgrede innecesaria e irresponsablemente en muchos casos, las normas sobre distanciamiento social, uso de mascarillas e higiene, que son, hasta hoy (para nuestro mal) las únicas medidas efectivas de prevención existentes.

Lo cierto es que estamos lejos de haber neutralizado la propagación del virus, y más cerca aún de padecer un rebrote de infectados.

Lo que hace falta, urgentemente, es implementar medidas experimentadas por otros países y que les estén dando resultados, como es un Programa de Rastreadores de COVID-19, que no es otra cosa que la ubicación y seguimiento personalizado de cada infectado con el virus, identificación de con quiénes contactó y, a partir de allí, bloquear la ruta de su propagación. 

El Parlamento Andino ha suscrito un convenio con la Asociación Peruana de Lucha Contra el Crimen (Alto al Crimen) para promover en los 5 países que componen el P.A., un programa denominado “Alto al COVID-19”. Este consiste en la implementación de un aplicativo móvil (APP) para rastrear la enfermedad. La APP “Alto al COVID19”, (que se descarga en forma gratuita desde Google Play o App Store) permitirá al usuario compartir la información con “Alto al Crimen”, la municipalidad de su distrito afiliada al sistema, y la autoridad sanitaria correspondiente. El sistema podrá tener un registro de personas infectadas, estableciendo protocolos de seguimiento en tiempo real. Urge tomar acciones efectivas para evitar más contagios y muertes.