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La 57° Conferencia Anual de Ejecutivos (Cade 2019) terminó ayer en esta hermosa bahía, y el mensaje que queda es el de mea culpa y deslinde de la corrupción y la sinvergüencería, tanto la que ha marcado al sector empresarial a través de los aportes no declarados a campañas políticas, como al Gobierno tras la detención preliminar de César Villanueva, quien hasta marzo de este año fue titular del Consejo de Ministros del presidente Martín Vizcarra.

Sin embargo, más allá de los discursos, sinceras expresiones, golpes de pecho, caras de autogol y buenos deseos, lo que tiene que haber hacia adelante es una eficiente y oportuna acción de la justicia para que ninguno de los actos que han marcado esta Cade 2019 queden en la impunidad. Los jueces y fiscales, así como los miembros del Tribunal Constitucional, tienen que hacer su trabajo con estricto apego a ley para no estar minando la muy necesaria lucha contra la corrupción.

Ayer, mientras la Cade acababa, el fiscal José Domingo Pérez allanaba la sede de la Confiep para buscar documentos sobre aportes de empresarios en 2011. Habrá que ver si esto aporta al proceso o si fue una movida “política” en momentos en que se desarrollaba la reunión empresarial. ¿Tuvo algo que ver que el presidente Martín Vizcarra haya estado en Paracas un día antes de la fecha en que estaba programada su exposición en esta bahía, donde finalmente fue aplaudido?

El país exige castigos legales para los responsables y estos tienen que darse; pero no de cualquier manera, sino mediante consistencia y profesionalismo de parte de quienes integran nuestro sistema judicial. Sanciones que se diluyen en instancias superiores por estar basadas en las presiones mediáticas, odios y fijaciones políticas no ayudan a la institucionalidad ni a atender esa demanda de justicia que los peruanos exigen tras haber sido burlados por políticos y empresarios.

La única manera de reparar la sensación de burla y desazón que agobia a todos en el país es procurando sanciones legales verdaderas y sólidas, y no como aquellas que son de arena que se escapa de entre los dedos. Lo dicho en la Cade 2019 ha estado muy bien. Ha sido oportuno, aunque ello debe ser aterrizado por magistrados que no deben quedarse en la prisión efectiva vista como trofeo, sino en apuntar a lograr sentencias firmes e irrefutables que marquen precedentes.

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