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Pocas cosas unen más a los peruanos que un buen partido de fútbol. Qué decir de una clasificación al Mundial después de 36 años en la que estamos en el partido final. Nada. Todos somos peruanos, todos vestimos la blanquirroja, todos somos hermanos, ¡todos somos uno!

Pero para cualquiera que lea el periódico en esta semana es incomprensible que de un lado todos seamos uno y del otro el pleito político sea tan complejo como el de hoy, donde los partidos políticos se enfrentan entre ellos y, cómo no, con el Gobierno.

El miércoles es un día importante para el país: nos jugamos el todo por el todo para ir a Rusia.

Estábamos muy confiados en que podríamos vencer a Nueva Zelanda, pero empatamos. Definitivamente vimos jugar a Perú mejor en otros momentos y esperamos que el miércoles, con la tribuna a favor -aunque también puede presionar a los jugadores locales-, seamos capaces de ganarle al visitante.

Quizá en el campo político deberíamos hacer lo mismo y tratar de encontrar puntos comunes para trabajar y sacar al país adelante. En algún momento comenté sobre lo necesario que era aislar la corrupción para seguir adelante con el resto del crecimiento del país. Se me criticó mucho, pero siento que si no lo hacemos ya, entonces tendremos cada vez mayores complicaciones para que el país retome la senda del crecimiento y haya menos pobres.

Como sea, ojalá el miércoles ganemos. Ojalá vayamos a Rusia. Pero, sobre todo, ojalá seamos los peruanos capaces de convivir entre aquellos que integran el Gobierno y la oposición política, que también es responsable si las cosas no se hacen.

¡Vamos, Perú!