GF Default - Imported ANS Video id=8fad72e5-655c-428e-943a-9ce73bbf09d3
GF Default - Imported ANS Video id=8fad72e5-655c-428e-943a-9ce73bbf09d3

“Arrastramos una deuda de 46 millones de soles. No tenemos reactivos en los laboratorios ni medicinas. Hemos perdido nuestra capacidad resolutiva”, reveló Daniel Gómez Arenas, director del Hospital Nacional Daniel Alcides Carrión del Callao.

Vergüenza y triste realidad que enfrenta este nosocomio, al igual que otros que funcionan a medias en el territorio nacional, donde los pacientes acuden por un servicio y pasan verdaderos vías crucis para ser atendidos.

La realidad de los hospitales públicos es la misma y gestión que ingresa ofrece el oro y el moro; sin embargo, son acciones paliativas para solucionar problemas del momento y no existen planes a largo plazo que permitan convertir estos establecimientos de salud en adecuados y con nivel para ofrecer una eficiente atención.

Lo que pasa en el Callao ocurre en el norte, centro y sur del país, donde las declaratorias de emergencia sirven para hacer pequeñas refacciones y cambiar pequeños equipos sin ir al fondo de las necesidades.

Por ejemplo, el Hospital Honorio Delgado de Arequipa, que por años era referente de modernidad y alta especialización, hoy es un cementerio de obsoletos equipos, instalaciones que se caen a pedazos, sin médicos, con salas de operaciones cerradas y otras deficiencias similares o peores que las del Carrión del Callao.

Si esto pasa cerca de la capital del país, entonces uno puede imaginar la gravedad o el estado de coma en que se encuentran estos centros de salud en el interior.

Ante esta realidad, urge diseñar planes a corto, mediano y largo plazo que ayuden a superar esta crisis hospitalaria.

TAGS RELACIONADOS