Luego de los resultados finales de la ONPE, Pedro Pablo Kuczynski bien puede ponerle la firma a la frase “Viejo es el mar y todavía hace olas”.
Y es que ha mandado a llorar al río a una muchachona de la política como Keiko Fujimori, quien hasta hace dos semanas estaba china de risa con los pronósticos de las encuestas.
Se espera que sus millas de recorrido y los 77 añazos por los que saca pecho le sirvan a PPK para manejar un país que sí otorgó poder a Fuerza Popular en el Congreso de la República.
Y como mandatario electo, Kuczynski tendrá que comulgar y converger con quien en algún momento de la campaña enterró bajo la sentencia de que “hijo de ratero es ratero también”. Sus últimas declaraciones y acciones parecen recoger ese sentir.
Keiko, a su turno, deberá entender que de por medio están los intereses de la Nación y que los afanes de su bancada tendrán que alinearse en temas claves con Peruanos Por el Kambio para poner en marcha al país. Eso de que hará “oposición” y mostrar las garras de sus 73 nuevos “otorongos” denotó que aún tiene la sangre en el ojo.
“Y si no, la policía te va a llevar de la jeta/por dártela de coqueta/con tanta huachafería”,como diría Nicomedes Santa Cruz en Cómo has cambiado, pelona.
Acéptalo, Keiko, esta vez PPK fue más.