Lamentable que 14 de los 15 vocales de la Corte Suprema de Justicia de la República, la máxima instancia del nuestro sistema judicial, donde se supone están los mejores y más experimentados magistrados, hayan decidido pasar por agua tibia a los violadores, a quienes les ofrecieron la posibilidad de reducir sus condenas si es que van a formar una “familia” y hacerse cargo de los niños o adolescentes que pudieran tener con sus víctimas, producto del delito cometido.

Así lo estableció inicialmente el Acuerdo Plenario 01-2023/CIJ-112 que permite que los abusadores de mujeres a las que embarazan, salgan más rápido en libertad para estar cerca de los menores o adolescentes. Esto ha sido dejado sin efecto horas más tarde, solo por los serios cuestionamientos surgidos en medios y redes sociales contra los magistrados que habían elaborado este mamarracho infame que fue aprobado en un primer momento, ojo, casi por unanimidad.Parece que estos señores de la Corte Suprema de Justicia no son conscientes de que un violador siempre será un violador, y que así como en algún momento ultrajó y embarazó a una mujer, lo puede hacer también con su propio hijo. Por eso la ley impide que un condenado por este delito ejerza la patria potestad de un menor. Sin duda este acuerdo fallido de los vocales supremos era un tacle a la lucha contra la violencia sexual que sufren mujeres, niños y adolescentes.

Algo indignante de este acuerdo era que por allí se mencionaba que para la reducción de la condena, el violador tenía que haber formado un “hogar estable” y que exista “una familia” con el hijo que tuvo con su víctima, al que además le debería cubrir sus gastos como único responsable. No hay duda que en el Perú tenemos magistrados que viven en un mundo irreal de nubes y humos, y que no miran más allá de sus oficinas, sus libros, sus códigos y sus reglamentos.

Hace poco se eliminó en el Congreso el mal llamado “matrimonio infantil”, pero ahora desde la Corte Suprema de Justicia, con la única oposición de la magistrada Elvia Barrios, nos han querido meter de contrabando beneficios carcelarios para violadores a cambio de formar “un hogar” y tener una “familia” con sus víctimas. La rectificación es saludable, pero preocupa que tengamos magistrados supremos, sí, supremos, capaces de haber aprobado este acuerdo aunque sea por unas horas.