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En 1995 los estudios Pixar —especializados en animación por computadora— lanzaron al mundo Toy Story, el primer filme realizado íntegramente con efectos digitales, dirigido por John Lasseter, uno de los fundadores de la compañía que en 2006 fue comprada por Disney, luego de muchos años de una sociedad artísticamente exitosa y, sobre todo, rentable. 24 años después y con títulos que incluyen Buscando a Nemo, Los Increíbles, Up, Wall-E, Intensamente, Coco, solo por mencionar algunas cintas de gran nivel, llega Toy Story 4, la nueva entrega de una saga que se inició con la historia del pequeño Andy y sus juguetes, tan inquietos como él, que cobraban vida siempre y cuando no los vieran “los humanos”. La relación del vaquero Woody y el guardián espacial Buzz Lightyear, rivales por el cariño del pequeño, termina en una amistad a prueba de balas y ellos, convertidos también en líderes de sus demás compañeros —juguetes como ellos—, viven aventuras en las que la solidaridad daba el ejemplo y la lealtad marcaba la pauta. Cuando todos pensaban que Toy Story 3 y la partida del ya jovencito Andy a la universidad dejando a sus muñecos en manos de la pequeña Bonnie sería el fin de la saga, se anunció que la cuarta entrega empezaba a trabajarse. Tras años de producción, Toy Story 4 llegó a las salas de cine del mundo y los rostros de nostalgia y emoción de esa generación de niños, hoy adultos, que han visto la película y han crecido con Woody, Buzz, y toda “su mancha” reafirman que Pixar no los ha defraudado. La saga mantiene su frescura, se reinventa, propone nuevos personajes, plantea desafíos, pero sobre todo nos cuenta historias que apelan al sentimiento y mensajes que necesitamos en un mundo como en el que vivimos. Ya que hablamos de inclusión, tolerancia, respeto, en esta entrega hay un personaje que se roba el show: Forky, un tenedor desechable que se convierte en juguete de la niña Bonnie por accidente, pero que necesita que se lo recuerden porque siente que no pertenece a ningún lugar y que no vale nada. Woody se encargará de eso. Y en Toy Story 4 la pastorcita Bo Peep, convertida en un “juguete perdido” y lo que eso significa en la trama, ahora será una mujer empoderada y valiente, que será quien rescate a uno de los principales personajes de unos muñecos villanos. Pero mejor vean la película, no hay que dejar de ser niños nunca; además, todos tuvimos juguetes y en ellos quedaron muchos de nuestros recuerdos.

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