El debate llevado a cabo el sábado entre Pedro Castillo y Keiko Fujimori, bien pudo ser aprovechado por el aspirante de Perú Libre para decir quiénes son los miembros del equipo técnico con el que piensa llevar a cabo radicales reformas nunca antes vistas en nuestro país, pues lo que plantea el caballero no es cualquier cosa, sino un cambio total de modelo económico y hasta del sistema democrático, y eso no se hace con discursos para ganar aplausos en las plazas.

Tengamos en cuenta que durante su presentación en Chota, Castillo dejó de lado el amague de “moderación” que le vimos en días anteriores y volvió a la carga con el estatismo, la reforma agraria, la revisión de los contratos con compañías que tienen rango de ley y demás barbaridades que por más alucinadas, absurdas, empobrecedoras y arcaicas que sean, tendrían que ser aplicadas por un grupo de “expertos” que por ahora nadie conoce.

En estas propuestas ratificadas el sábado por el candidato de Perú Libre, no hay nada de “izquierda moderna” ni “progre”. Todo es sacado del plan de gobierno de creado por el dueño del partido, el sentenciado por corrupción Vladimir Cerrón, un radical intransigente y retrógrado que sueña –porque a él se le ocurrió– que el Perú tenga un modelo económico y político que ya fracasó en el mundo y que solo ha traído hambre, pobreza y falta de libertades.

La ausencia de “expertos” es una muestra más de la improvisación de la candidatura de Castillo. No tiene técnicos ni voceros a los que se pueda recurrir para conocer más allá de los absurdos planteados por Cerrón, el hombre que mece la cuna detrás del inconsistente y elemental candidato presidencial que hasta ha ofrecido suspender las importaciones de los bienes que se producen en el Perú, algo propio de manual velasquista de hace 50 años.

Si en los últimos 30 años la pobreza se ha reducido en el Perú, aunque de una manera que debe ser corregida, ha sido precisamente porque los sucesivos gobiernos, incluyendo el del chavista arrepentido Ollanta Humala, se alejaron de todo lo que proponen Castillo y Cerrón, y que ya nos condujo a un fracaso que costó mucho revertir. ¿Volveremos a tropezar con la misma piedra que nos llevará a ser la nueva Cuba o Venezuela?