El nivel de descomposición el que ha llegado el actual Congreso se ha puesto de manifiesto la semana pasada, cuando diez legisladores de izquierda se opusieron con sus votos a que la banda criminal de origen venezolano Tren de Aragua sea declarada como “organización terrorista” a fin de que sus miembros sean procesados con mayor rigor y celeridad, en beneficio la sociedad peruana.
Los legisladores Guillermo Bermejo, Alex Flores y Susel Paredes fueron los más entusiastas opositores de este proyecto que finalmente fue aprobado con 77 votos. Definitivamente las cosas tienen que estar muy mal en el Perú para que alguien, más aún si es un legislador, saque cara por la banda criminal más salvaje y despiadada que se haya visto en esta parte del mundo.
Se entendería que una propuesta como la de declarar al Tren de Aragua una organización terrorista debía ser aprobada en contados minutos, sin mayor debate y por unanimidad, pero allí estaban los elegidos por Perú Libre y sus aliados para ponerse del lado de esta megabanda que mata, roba, mueve millones de dólares turbios y se ha convertido en un dolor de cabeza para la región, todo en medio de una brutal ola de violencia en el Perú.
Los que en la práctica son defensores del Tren de Aragua afirman que la declaración de organización terrorista es algo apenas simbólico. Sin embargo, si así fuera, cuál es el problema. Todo lo que vaya en contra de asesinos, debería ser bienvenido en un país harto de criminales.