Muchos peruanos no votaron por Keiko Fujimori por los antecedentes de su padre y las investigaciones que tiene pendiente por los aportes a su campaña del 2011. Sin embargo, ahora resulta que en los próximos días podría ser proclamado como presidente electo Pedro Castillo, de Perú Libre, organización que, según el Ministerio Público, financió la postulación del profesor y de los 37 congresistas que ha obtenido, a través de las cochinadas de una banda de hampones denominada “Los dinámicos del centro”.

Nos libramos de los “beneficiarios” de Odebrecht y de algunos bancos y empresas, pero caímos en manos de los que según el Ministerio Público, daban licencias de conducir truchas a cambio coimas, todo esto desde los cargos que los investigados ocupaban en la Dirección Regional de Transportes del Gobierno Regional de Junín, que ha sido feudo del partido del lápiz. A partir del 28 de julio, el día que se cumplen 200 años de nuestra independencia, el país podría caer en manos de estos elementos.

Si los peruanos creíamos que a partir de estas elecciones, cansados de tanta corrupción, nos íbamos a librar de los gobernantes con rabo de paja y pestilentes mochilas cargadas de dinero sucio para financiar la campaña, pues nos equivocamos. Por eso, queda a los peruanos estar muy atentos con el trabajo de jueces y fiscales que en casos similares han sido muy severos y han mandado a varios a la prisión preventiva en medio de grandes y mediáticos operativos.

Una mención aparte merece quien sería la número dos de un eventual gobierno de Castillo, Dina Boluarte, quien ha dicho a través de un comunicado que aportó “solidariamente” a una colecta que se hizo para pagar la reparación civil de un condenado por corrupción como Cerrón. A la dama no le importó que este personaje haya jugado sucio con la plata “del pueblo” y no se hizo problema en darle una mano aportando a la “chanchita”. ¿Así dicen que llegaron a la política con las manos limpias?

Este caso ocurrido en Junín y que salpica a Castillo y Boluarte, me hace recordar mucho a la mafia que lideraba el ahora sentenciado César Álvarez desde el Gobierno Regional de Áncash, quien contaba con toda una red de jueces, fiscales y hasta congresistas, destinada a garantizar la impunidad de los miembros de la banda. Creo que lo que hemos conocido hasta ahora de Cerrón y “los dinámicos”, es apenas la punta del inmenso iceberg que irá saliendo a la luz de a pocos mientras esta gente esté en el poder.

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