El Ministerio Público, la Comisión de Fiscalización del Congreso y la Contraloría han adoptado medidas y las dos primeras han hecho un mea culpa por su débil accionar ante lo sucedido en Áncash. Sin embargo, falta también un pronunciamiento de la Policía Nacional como institución, pues sus malos agentes son también los grandes causantes del desmadre que se vive en dicha región.

Por Chimbote han pasado varios coroneles como jefes policiales y por años han sido cómplices de la impunidad que se vive en el norte de Lima. Recordemos que hasta ahora no logran poner tras las rejas al tal "Goro", implicado directo en el primer atentado contra Ezequiel Nolasco. Toda la prensa lo ubica y lo entrevista, pero los policías chimbotanos desde el 2010 dicen que su arresto es cuestión de horas y hasta ahora nada.

El domingo último, tras el atentado sufrido por el candidato a la región Áncash Juan Calderón, el sobreviviente dijo que prefirió llegar a Lima para hacer la denuncia porque -agregó- si lo hacía en su jurisdicción sabía que de inmediato los agentes iban a decir que se trató de un acto de delincuencia común y que no pasaba nada, que vaya con cuidado nomás.

Es de esperarse que el Ministerio del Interior y el comando de la Policía Nacional tomen en cuenta el nivel de corrupción de los agentes en Chimbote y ponga a los mejores, al tiempo de investigar y poner tras las rejas a los implicados en cochinadas, en lugar de trasladarlos a otras zonas, pues el cáncer de la corrupción hay que cortarlo de raíz y no trasladarlo a otros lugares del país para que se siga expandiendo.