“Famosos entre los amigos del gay”, fue uno de los titulares de los diarios limeños en enero de 1985, luego del asesinato en su departamento en Lima del publicista argentino Néstor Lamas. Cuando los periodistas tuvieron accesos a agendas telefónicas y cartas no solo hallaron nombres de estrellas de la televisión de esa época como Humberto Martínez Morosini y Pablo de Madalengoitia, entre otros, sino también de conocidos personajes del Gobierno. Por ejemplo, los del vicepresidente de la República, Javier Alva Orlandini y el ministro de Trabajo, Joaquín Leguía, connotados personajes de Acción Popular. Un periódico incluso salió con el titular: “Watergay populista”.

Alva Orlandini, apodado como “Lechuzón”, salió al frente y dijo que ese titular era una infamia, pero aclaró que respetaba la libertad de expresión. Respondió a la altura de los principios de su partido y su líder Fernando Belaunde, quien siempre sostenía que la libertad de expresión es uno los pilares de la democracia.

De esta forma, no se entiende como en la primera votación, la bancada de Acción Popular apoyó la “ley mordaza”. Hoy parece que sus congresistas han recapacitado y no volverían a votar por el proyecto contra los periodistas, sin embargo, mientras no suceda, todo estará en veremos. Y más en estos momentos que el presidente de la Comisión de Justicia del Congreso, Américo Gonza, ha dicho que el tema ( “la ley mordaza”) no está cerrado. ¿Habrá sido un mensaje a los acciopopulistas? ¿Habrá sido un guiño a los “Niños” que fueron “blindados” principalmente por Perú Libre?

Los congresistas no pueden estar insistiendo en un proyecto que coacta las libertades. Si insisten, solo estarán haciendo uso de un poder arbitrario que no es precisamente aquel con el que han sido investidos en nombre de la democracia.