Al momento de escribir estas líneas, el Pleno del Congreso se alista para recibir al ministro del Interior, Dimitri Senmache, quien tendrá que explicar cómo fue la escandalosa fuga del exministro de Transportes y Comunicaciones (MTC), Juan Silva, un sujeto que junto al presidente Pedro Castillo es señalado por el Ministerio Público –y esto no es invento de la prensa ni de los “vacadores”– como parte de una banda de delincuentes dedicada a robarle al Estado a través de licitaciones amañadas.
Más allá del triste papel que está cumpliendo el ministro Senmache al no asumir su responsabilidad política en la evasión de quien fuera el ministro preferido del mandatario y hoy es quien podría hundirlo y hasta llevarlo a la cárcel en caso sea arrestado y abra la boca, es lamentable que habiendo tanto que hacer en el sector Interior, tengamos a un jefe de cartera metido en líos por aparentemente proteger a una gavilla de hampones enquistada en el Estado.
En un país como el nuestro, donde la delincuencia se desborda y todos los días hay asesinatos, robos, extorsiones, agresiones a mujeres, trata de personas y demás, el ministro del Interior tendría que estar en la primera línea coordinando con la Policía para hacer frente a estas lacras. Sin embargo, acá el señor Senmache solo anda tratando de limpiarse, culpar a otros por la fuga y sobrevivir, tras la evasión de presuntos delincuentes colocados en el entorno del poder por el propio jefe del Estado.
Pero el problema de Senmache no solo fue la fuga de Silva y la demora en la captura de Bruno Pacheco y el sobrinísimo Fray Vásquez Castillo, sino también la mala intervención policial llevada a cabo en las últimas horas en Carabayllo, que impidió la captura del exministro favorito de Castillo, al que no quería mover del gabinete bajo ningún motivo, según ha dicho Daniel Abugattás, a quien el mandatario ofreció el premierato con la condición de que no saque del MTC al hoy prófugo. ¿Por qué será?
Se necesita un ministro del Interior dedicado a tiempo completo a la lucha contra la delincuencia y decidido a mostrar resultados. No obstante, queda claro que en este gobierno es jamás sucederá, pues siempre un jefe de sector termina siendo peor que el anterior. Si sale Senmache, ¿a quién pondrían? ¿A otro Luis Barranzuela? ¿A otro Alfonso Chávarry? No hay duda que el problema en este y todos los sectores es el presidente Castillo, quien hace rato debería estar fuera del cargo.