El financiamiento de personas naturales y jurídicas está siempre en constante vigilancia y fiscalización por parte del Estado. Si una persona natural mueve mucho dinero la Unidad de Inteligencia Financiera hace un reporte, si una empresa tiene ingresos la SUNAT aparece, si un partido recibe financiamiento lo investiga hasta la Fiscalía, pero ¿Quién fiscaliza a las ONG?

Investigaciones sobre el impacto del financiamiento de las ONG en África comprueban que los miles de millones de dólares destinados a cooperación internacional no han generado impacto en la reducción de la pobreza. Es por ello que muchos países, como India, han comenzado a replantearse la legislación sobre cooperación internacional y el papel de las ONG.

Un reconocido programa dominical destapó los ingresos de IDL, que se define como una “ONG que promueve y defiende los derechos humanos”. Esta institución recibió desde 2008 un poco más de $24 millones de dólares en donaciones que han pasado desapercibidos por el Estado Peruano ¿Se imaginan qué habría pasado si un partido político recibía esa cantidad de fondos? ¿O si un ciudadano común habría recibido esas donaciones?

Es hora de echarle un ojo a las famosas ONG que reciben cientos de millones de soles para mantener planillas doradas o peor aún, como IDL, para convertirse en gestores de intereses políticos. El Perú debe saber ¿quién financia a estas organizaciones, a dónde se fue este dinero y cuál es el objetivo real de estas donaciones? Esperemos que la Fiscalía o el Congreso no se queden dormidos.

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