Hoy es un día clave. El Congreso consultará si se admite la moción de vacancia presidencial. Se necesitan 52 votos para que sea aceptada. Todo indica que se superará largamente esa cifra, por lo tanto, todo quedará listo para que Pedro Castillo se presente al Parlamento y luego la representación nacional decida su suerte.

A la luz de los últimos acontecimientos, es evidente que los legisladores han recobrado bríos ya que no les queda otra que jugarse el todo por el todo en esta instancia constitucional. Con mayor razón, ante las movidas del Gobierno que apuntan al cierre del Congreso. Parece que ya tomaron conciencia del peligro que se cierne sobre ellos y tomarán decisiones para frenar los arrebatos del Ejecutivo.

Pese a que las declaraciones de algunos congresistas suenen falsas y dañinas, creemos que al final se unirán. Ya es momento que dejen ser un conglomerado de 130 personas y defiendan su institución.

Nadie quiere que se perpetúe la inestabilidad política porque el correlato será una profunda crisis económica que producirá un efecto sistemático contra los sectores más vulnerables. Sin credibilidad y con desgobierno y caos iremos al default más grande de nuestra historia.

Por ello, ya no hay espacio para los acomodos y la tibieza en el Congreso. Ya no hay margen para retroceder. Otro paso en falso y nos vamos al abismo.