Una gran muestra de la poca consistencia ideológica y política de ciertos personajes y de la facilidad con que algunos se cambian de camiseta según la dirección con que soplen los vientos, la viene exhibiendo la excongresista Yeni Vilcatoma, quien de fujimorista en 2016, pasó a la derecha radical de Solidaridad Nacional en enero de 2020, y ahora en marzo de mismo año se ha ido con un izquierdista extremo como Antauro Humala.

Lo señalamos porque en las últimas horas la exlegisladora “naranja” ha confirmado que se ha convertido en la abogada del recluso Humala, en su intento por plantear al Poder Judicial la revisión de su sentencia de 19 años de cárcel por el llamado “Andahuaylazo”, que en la madrugada del uno de enero de 2005 costó la vida de cuatro policías.

El nuevo rol de la señora Vilcatoma se da a poco más de un mes de que Unión por el Perú (UPP), el vientre de alquiler que esta ocasión lidera Humala desde la cárcel y que plantea propuestas tan extremas como el fusilamiento incluso del presidente Martín Vizcarra, ha logrado colocar, contra todo pronóstico, 13 legisladores en el Congreso que iniciará funciones en los próximos días.

Actitudes como las de la señora Vilcatoma, no hacen ningún favor al ejercicio de la política en el Perú, que en las últimas décadas ha estado plagada de inconsistentes, tránsfugas, oportunistas y saltapericos que van de un lado a otro. La conducta de la exlegisladora en mención, debería ser castigada en las urnas en los eventuales procesos electorales en los que participe.

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