Preocupa que el premier Walter Martos haya dejado abierta la posibilidad de que el ex presidente del Consejo de Ministros, Vicente Zeballos, en cuya gestión entramos en la descomunal crisis sanitaria y económica en que hoy nos encontramos, pase a ocupar algún cargo diplomático en representación de nuestro país, lo que no haría más que indicar que este gobierno está empeñado en premiar la ineficacia en la gestión pública. Los resultados son objetivos, y no mienten.

Tenemos un Ministerio de Relaciones Exteriores con profesionales de primer nivel que a lo largo de sus vidas se han formado para representar el Perú ante gobiernos extranjeros y organismos multilaterales. En los últimos años nuestro servicio diplomático ha demostrado el valor de su trabajo en situaciones críticas como el Acuerdo de Itamaratí con Ecuador tras el Conflicto del Cenepa, y cuando afrontamos en La Haya el diferendo marítimo con Chile.

Por eso, sería un grave error designar al abogado Zeballos en un puesto en el exterior, luego de haber dejado al país en medio de miles de muertos y contagiados. Además, ¿qué tanto podría aportar en una embajada o en un organismo multilateral? El Poder Ejecutivo no debería usar los puestos en el exterior para premiar a los amigos, y menos si en la gestión pública no han logrado los resultados esperados. Su designación sería una burla a los fallecidos por COVID-19 y sus familiares.

Esta controversia por la eventual designación de Zeballos en un puesto diplomático que podría ser en Washington ante la Organización de Estados Americanos (OEA), debería servir para poner en debate la eliminación de la ley que permite a los presidentes del Perú nombrar a “embajadores políticos” (por lo general amigos o aliados del gobierno de turno), a fin de que en adelante esos cargos sean ocupados exclusivamente por los profesionales de nuestra Cancillería.

Mandar al exterior a Zeballos sería lo mismo que nombrar al exministro de Salud, Víctor Zamora, como asesor de la Presidencia del Consejo de Ministros, algo que ya ha sido descartado el último fin de semana. No se puede premiar la ineficiencia que cuesta vidas, y menos con cargos en el exterior que ameritan la presencia de profesionales y no de improvisados en la materia. Para representar afuera al Perú, se necesita capacidad y preparación.

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