¿Zonzos o muy vivos?
¿Zonzos o muy vivos?

La sentencia de La Haya ha desatado un huaico "opinólogo", en el que encontramos algunas barbaridades.

Fritz Du Bois, director periodístico de "El Comercio", pontifica que "al fin tendremos claro el verdadero espacio con el que contamos". Emocionado, con algún lagrimón festeja que "posibilita dejar de mirar constantemente el pasado". Ilusionado, visionario, sentencia que "ahora podremos pensar en el futuro"... y "sin problemas lograr niveles de crecimiento que sean adecuados".

¿De la incompleta recuperación territorial dependía todo nuestro pasado y hoy depende nuestro presente y nuestro futuro? ¿Es la varita mágica que la vida nos regala por intermedio de su bienaventurado Fritz?

Se gradúa tempranamente de frustrado gurú político al recomendar que "para que el fallo sea capitalizado" y se puedan lograr sus predicciones de chamán neo-liberal "lo principal es que el gobierno debería evitar la reelección conyugal".

En síntesis, el "pensamiento Du Bois" nos quiere endilgar que el sendero luminoso por el que el Perú transitará a la gloria del primer mundo tiene como eje central la sentencia. Aun si así fuera (creerlo es muy tonto), ¿no conoce el historial chileno en estas lides? ¿No se entera de lo que sucede en el vecino país? ¿Olvida que a 70 años del Tratado de 1929 seguimos esperando su ejecución?

Y la única y cómica condición para sus sueños de opio (recordando un hermoso valse de Felipe Pinglo Alva) es que no haya "reelección conyugal".

¿Es posible escribir (pensar, sí) tantos y tamaños dislates? Es posible. Está demostrado.