150 años del Combate del 2 de Mayo
150 años del Combate del 2 de Mayo

El Perú conmemora hoy el sesquicentenario del Combate Naval del Callao, último episodio de la guerra que enfrentó a Perú y Chile contra España, que tuvo la particularidad de involucrar no solo a marinos y militares en la defensa de la soberanía nacional, sino también a la ciudadanía en general.

El panorama internacional de la época, hallaba a España con una relativa prosperidad económica y estabilidad política, gracias a una adecuada conducción de la coalición partidaria de la Unión Liberal.

Bajo la denominada “política de prestigio”, la antigua metrópoli buscó reposicionarse como potencia mundial de primer orden, desarrollando un “panhispanismo”, destinado a reconstituir los lazos económicos, comerciales y diplomáticos con las repúblicas sudamericanas.

En ese contexto, hacia 1862, surgirá la idea de hacerse presente en América a bordo de una renovada y moderna fuerza naval, llevando una expedición científica.

PRIMERAS COMPRAS. En cuanto al Perú, el conflicto encontró a un país con una relativa prosperidad económica, pero sin capacidad disuasiva en razón de hallarse su Ejército y Armada disminuidos, lo que conllevó al gobierno de Pezet a negociar en inferioridad de condiciones el concesivo Tratado Vivanco-Pareja.

No obstante, el gobierno dispuso tempranamente de las medidas necesarias para el rearme, adquiriendo artillería de costa, blindados y corbetas.

A la par que sucedían dichos acontecimientos en el Perú, la situación también escaló en Chile, culminando con una declaratoria de guerra a España en noviembre de 1865.

Al no contar el país vecino con los elementos para defender su extenso litoral, buscó apoyo en el Perú, materializado a través de un Tratado de Alianza defensiva-ofensiva, suscrito el 5 de diciembre, mediante el cual ofrecíamos apoyo con nuestra escuadra. A esta alianza, se unirían también Bolivia y Ecuador.

LA GUERRA. Finalmente, el Perú le declaró la guerra a España el 14 de enero de 1866 y, no contando aún con los blindados adquiridos, se consideró pertinente enviar la escuadra peruana al sur de Chile y constituir con las unidades de ese país disponibles, la denominada escuadra aliada.

Iniciadas las operaciones, el primer objetivo español fue obtener el control del mar mediante la destrucción de la escuadra aliada.

Consecuente con ello, se produjo un primer combate naval en aguas de Abtao, el 7 de febrero de 1866, cuyo resultado no fue el esperado por las dos fragatas españolas, que intentaron fallidamente destruir a las naves aliadas, las que estuvieron bajo el mando del capitán de navío peruano Manuel Villar.

Posteriormente, el brigadier Casto Méndez Núñez, nuevo mando español tras el suicidio de Pareja, desistió en sus intentos por lograr una victoria en el mar, y considerando la proximidad de los blindados peruanos, así como las dificultades logísticas en aumento, decidió “deshonrar” las ofensas recibidas, mediante el bombardeo a los puertos de Valparaíso y el Callao.

No contando con las defensas necesarias, Valparaíso fue destruido el 31 de marzo de 1866, y el ataque a su siguiente objetivo fue planificado para inicios de mayo.

Sin embargo, a diferencia del puerto chileno, en el Callao se había logrado implementar sus defensas con cierta anticipación, aunque de manera apresurada, de la mano con nuestras unidades navales disponibles.

La inminente amenaza que acechaba al Callao, lejos de amilanar a la población, trajo consigo un fervor patriótico y unanimidad, en la que codo a codo con marinos y militares, contribuyeron incansablemente a implementar la artillería y fuertes para enfrentar al enemigo.

En este escenario, se debe resaltar la figura del Secretario de Guerra y Marina José Gálvez, sobre quien recayó la organización de las defensas y su conducción en el combate que estaba próximo a ocurrir.

EL COMBATE. De lo acontecido el 2 de mayo de 1866, debemos resaltar el accionar conjunto de miembros de la Armada y del Ejército a cargo de las defensas en tierra, como la de los marinos que dotaron la división naval peruana.

La victoria alcanzada aquel día por las fuerzas peruanas, que dañaron seriamente varias naves españolas, no hubiera podido ser alcanzada sin el liderazgo de José Gálvez, quien perdió la vida heroicamente durante el combate.

Finalmente, respecto a España, la guerra con el Perú y Chile, compartiendo la opinión de algunos historiadores españoles, constituyó una intervención que procuró un fugaz y discutible prestigio internacional, cuyos costos elevados no se justificaban en modo alguno.

Más aún, si en vez de restablecer sus vínculos con sus antiguas posesiones, se resucitó el antihispanismo de los tiempos de la independencia.

Hoy, ambos países, navegamos con mares y vientos calmos, en los que impera una cordial relación bilateral y el progreso mutuo.