La violencia no distingue edad, estrato social o género. Así como existe un alto índice de violencia contra la mujer, también existe la agresión que sufren no pocos hombres por parte de sus respectivas parejas. Un total de 6149 casos fueron atendidos en los Centros Emergencia Mujer (CEM) a nivel nacional hasta abril del presente año, lo que representa el 15% de los casos de violencia familiar, según datos del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP).
“¡Eres un inútil! ¡Si te largas, olvídate de que te dejaré ver a los chicos!”, son algunas de las amenazas que recibe David Y. B, arquitecto de profesión, y padre de dos hijos de 7 y 5 años, quien dice que no denuncia a su esposa ante las autoridades, porque no desea que se enteren sus familiares y sus amigos del trabajo.
“No quiero que la gente sepa mis problemas. Tampoco quiero separarme de mis hijos y me impidan verlos. Quizás cuando crezcan y entiendan la situación, pueda separarme y rehacer mi vida”, comenta el padre de familia que se resiste a incrementar la lista de 1240 casos de violencia psicológica hacia hombres dentro del entorno familiar, registrada en Lima en lo que va del año por el MIMP.
“PARA QUÉ TE DEJAS”
Alejandro Vélez Arana, decano del Colegio de Psicólogos de Lima, asegura que la violencia familiar hacia el hombre es una situación real y no es exclusiva de la mujer. Por el contrario, se estigmatiza al hombre violentado como un tonto, siendo hasta motivo de burla en las comisarías cuando se acercan a denunciar el hecho.“Los receptores de las denuncias en las comisarías no están preparados para aceptar que un hombre también puede ser víctima de violencia; quizás el policía le diga ‘para qué te dejas’. Hay que crear conciencia de que la violencia se da para ambos lados, pues en el imaginario colectivo existe la idea de que la mujer es el sexo débil y eso no es así”, comentó Vélez Arana. Precisó que el hombre que afronta una situación así debe recibir tratamiento terapéutico para que aprenda a valorarse por lo que es y no por lo que le diga su pareja. “Puede demorar meses según la gravedad de cada caso”, aseguró.
AGRESIÓN
De los 2303 casos de violencia familiar recibidos en los CEM de Lima hasta abril de este año, 960 corresponden a violencia física. De esta cifra, el segundo lugar lo ocupan las agresiones hacia los hombres.La División de Protección contra la Violencia Familiar (Divpcvf) de la Policía Nacional recibió hasta mayo pasado 443 denuncias de agresión contra varones en las ocho comisarías de familia que existen en Lima Metropolitana. En el 2017, se recibieron 853 .
La violencia económica o patrimonial y la violencia sexual tienen 10 y 2 denuncias, respectivamente. Estas cifras no se registraron durante el año pasado.
HAY MUCHOS QUE NO DENUNCIAN
“Las denuncias de hombres que han sido víctimas de agresión en el hogar se han incrementado, porque ahora hay mayor conciencia de la ley; aunque muchos piensan que esta solo sanciona la violencia contra la mujer, pero no es así, pues incluye a los miembros del grupo familiar”, explica el coronel PNP Manuel Roncalla Durand, director de la Divpcvf. Asimismo, revela que cada vez se comete más agresión física hacia los varones en el hogar.Solo en Lima, hasta mayo, se han atendido 132 casos por violencia psicológica y física; estos llegaron a los 241 a lo largo del 2017.
“Hay muchas denuncias que no se realizan, primero por machismo y segundo porque no hay suficientes comisarías de familia. Lo ideal es que cada distrito tenga una, pero solo hay ocho para todo Lima. Los municipios pueden ayudar cediendo terrenos saneados para su instalación, como en Puente Piedra, donde próximamente se inaugurará una nueva comisaría de familia”, aseveró Roncalla Durand. Además, aseguró que a la labor de investigación se suma la tarea de prevención mediante la difusión de la Ley 30364, que sanciona la violencia familiar.
Prevención
Hijos no deben ser testigos de violenciaEl decano del Colegio de Psicólogos de Lima, Alejandro Vélez Arana, indicó que si se presentan casos de violencia en el hogar entre los progenitores, lo más indicado es separarse; debido a que los hijos crecerán pensando que es normal agredir o ser agredido por su pareja.
Asimismo, resaltó que la víctima de agresión puede reprimir el rencor hacia su agresor, lo que desencadenaría un peligro al no soportar el maltrato y la humillación.