Fue un día de vivencias y reflexiones. Acudir a un cementerio en el Día de la Madre no siempre es un hecho penoso sino que puede ser alegre y contagiante. La pena de no tener a la madre cerca puede olvidarse recordando los gratos momentos al lado de ella. Y así se vivió en el cementerio Miraflores, el más antiguo y tradicional de la región.
"No es sólo madre la que da la vida sino la que cría y educa con amor a sus hijos"... "El ser madre siempre ha simbolizado a una heroína, ya que ella como sea siempre se organiza para dar lo mejor de sí a sus seres queridos. Es más, pareciera que fuera invencible, ya que ante cualquier adversidad siempre saca las fuerzas suficientes para salir victoriosa"... Estas fueron algunas de las opiniones que vertieron algunos padres, hijos y nietos que visitaron ayer a las madres fallecidas en el cementerio de Miraflores, como parte de la celebración por el Día de la Madre.
Desde tempranas horas de ayer, miles de personas acudieron a los principales cementerios o camposantos con la finalidad de rendirles un justo homenaje a sus madres, a quienes -pese a no estar físicamente- siempre las llevan presente en su corazón.
SIEMPRE JUNTAS. "Hace seis años que vengo a visitar a mi abuela (Julia Cabrera Becerra), pues ella fue como mi madre, ya que me cuidaba cuando mis padres salían a trabajar. Siempre me dio buenos consejos", indica la nieta de Julia, Marcie Becerra Torres.
GRATITUD. "En esta época han cambiado las cosas porque la juventud de ahora prefiere quedarse viendo televisión y ya no se acuerdan de los difuntos. Pese a que nuestras madres no están físicamente con nosotros, uno como hijo no debería olvidarse de ellas", manifiesta una ama de casa que visitó el nicho de su madre doña Elvia Otero.
LUCHADORA. Asimismo, la familia Gutiérrez Rodríguez recordaba que su madre Carmen Rodríguez era como padre y madre para ellos, y que siempre se caracterizó por ser muy trabajadora y luchadora. "Siempre nos impartió de ser hombres de bien y que nunca la defraudemos, y así fue lo que hicimos", indicaron los hijos de la ahora difunta.
BONDADOSA. Las hijas de la señora María Luisa Moya de Tresierra sostienen que su mamá era muy alegre y bondadosa. "Jamás se quejó si no había dinero pues nunca perdía la esperanza de que las cosas cambiaran. Lo que recuerdo de ella es que siempre se empeñó para que tengamos una profesión, y por eso le agradeceré toda la vida", señala una de sus hijas, María Tresierra.
A RITMO DE HUAYNOS. Por otro lado, otros festejaron a sus madres al son de unos huaynos y boleros, es más, aprovecharon el día para tomar unos tragos en honor a su progenitora.
Tal es el caso de Jhonny Vásquez Benites, quien hace doce años perdió a su madre, la cual falleció de cáncer. "Siempre decía: nunca me recuerden enferma, por el contrario recuérdame con alegría. A ella le gustaba bailar y de vez en cuando se tomaba sus chelitas", indica Jhonny.
CON ORACIONES. Don Segundo Horna García es un ejemplo de fervor a la madre. A pesar de sus 92 años de edad encima llegó hasta el mausoleo de su madre María Álvarez Fernández, a quien la recuerda con ternura y respeto.
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Al ritmo de huaynos y rezos recordaron a las madres trujillanas
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