Aída tiene 18 años. En junio se dio cuenta de que era portadora del VIH, y lo que es peor: había contagiado a su pequeña Alejandrina. La niña -hoy de 14 meses de edad- hubiese muerto sino fuera por la ayuda oportuna de la asociación "Lazos de vida". Ahora ella da sus primeros pasos junto a otros niños que corretean por los rincones del albergue, situado en Iquitos. Pocos podrían imaginar que detrás de cada carcajada se oculta una historia marcada por dos palabras mortales: VIH y sida. La sangre que corre por sus venas y los constantes tratamientos que deben recibir marcan la diferencia entre estos chicos y los niños que viven en las casas vecinas.

Nueve menores, entre uno y 15 años, reciben tratamiento en "Lazos de vida". La mayoría de los pequeños son hijos de padres fallecidos con sida o no tienen familiares cercanos. Su único apoyo es Silvia Barbarán y su equipo. Ellos manejan esta asociación que aloja a niños seropositivos. Ella sabe lo que es vivir con una enfermedad que baja tus defensas hasta dejarte totalmente vulnerable. Por eso no los deja solos.

MEMORIAS IMBORRABLES. Barbarán nunca olvidará el sótano de EsSalud en donde la gente hacía colas, desesperada por conseguir tratamiento. Era el año 2001 y el Ministerio de Salud todavía no brindaba las medicinas. La única opción era ir a Lima y probar suerte. Gracias a la insistencia de su hermana, logró que le dieran los antirretrovirales. También empezó a asistir a grupos de ayuda. "Allí comencé a sentirme mejor, así que al volver a Iquitos decidí hacer algo similar", comenta.

Silvia trabajaba en escuelas y asentamientos humanos. Ahí tuvo contacto con casos de niños infectados y nació "Lazos de vida". "Ellos saben lo que tienen. Tratamos de explicarles su problema y prepararlos para el futuro. Qué complicado va a ser", expresa, pensando en la discriminación que podrían sufrir más adelante.

Actualmente, la transmisión vertical (de madre a bebé) del VIH se combate con un tratamiento especial, parto por cesárea y suspensión de la lactancia. Según cifras oficiales, hay 35 casos registrados en Loreto. El problema surge cuando la madre vuelve a dar pecho (el Minsa solo asegura la leche hasta el sexto mes), o porque simplemente la gestante no se presenta al tratamiento (hay que tener en cuenta que muchos de estos casos ocurren en zonas alejadas). Fotos: Elías Alfageme - Federico Romero

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