Alfonso Sulca: Maestro del tapiz mural
Alfonso Sulca: Maestro del tapiz mural

A los cinco años miraba con curiosidad tejer a su padre. A los ocho, ayudándose de bloques de cemento para alcanzar el pedal de la máquina de coser, hizo su primer telar. A los 10 ya tejía para vender al mercado local. Alfonso Sulca, el noveno de diez hermanos, aprendió todos los secretos del arte textil de su padre Ambrosio, quien al intuir su talento lo animó a participar en el Concurso de Arte Popular de Semana Santa realizado en Ayacucho en 1958. Ganó la competencia y ese fue el comienzo de su éxito, pues lo llevaría a ser considerado el mejor gobelino (tapicero) peruano.

“Fui comparado con un gobelino francés; gané 5 mil soles. Me dijeron: ‘Esto ya no es artesanía, es un tapiz; un tapiz mural’. Allí nace Tapisulca como escuela. Esto llevó al tejido ayacuchano a la exportación”, recuerda lleno de orgullo Sulca, de 71 años.

Alfonso se muestra agradecido con su padre, quien le enseñó las técnicas de la textilería en el pequeño taller que tenía en su casa. “Mi papá fue mi maestro y padre a la vez. Me asesoró en la casa y en la escuela. Todos los secretos profesionales del tejido mi padre me los dio a mí”, afirma.

Investigador y difusor de técnicas ancestrales, Sulca cuenta que mientras producía sus tejidos se dio cuenta de que había que innovar sin perder la esencia andina. Su generación se había dedicado a la textilería por necesidad luego de la etapa del terrorismo en Ayacucho, pero él lo hacía por pasión.

REINVENCIÓN. En 1965, un grupo de extranjeros llegó a la ciudad de Ayacucho para contratar la mano de obra de los tejedores, mas no para enseñar. “Brindaban materia prima, pero con temática fácil. Yo pensé: ‘Tenemos riqueza, más de la que ellos han traído. Nuestras culturas tienen iconografía, solo nos falta unir fuerzas y trabajar juntos’”, refiere. Este episodio, según Alfonso, fue otra señal que recibió para pensar en reestructurar la iconografía de los tejidos andinos.

“Se pueden copiar fielmente los dibujos de los mantos Paracas y Wari. La diferencia no está en cambiar la iconografía, sino en desviar algo para lanzar una propuesta hacia el futuro. Eso sí, sin perder la esencia andina”, indica. Para darnos un ejemplo, señala un tapiz mural sobre el manto de una ñusta en tres dimensiones y afirma: “Yo le doy un efecto visual, pero la iconografía de aves y grecas es la misma que vemos en mantos y ceramios”.

APORTE. Los cuentos orales que escuchó de sus abuelos, la creencia en curanderos andinos y el tributo a la tierra también influyeron en la obra de Sulca.

“Este cuadro representa al médico andino. He puesto en sus cuatro esquinas a sus mascotas, los monos y los gatos, y los comunicadores son los cóndores. Ese conjunto es parte fundamental de los trabajos mágico-religiosos de los curanderos andinos”, cuenta.

En otro tapiz mural, el artista ayacuchano muestra la bondad de la Pachamama (Madre Tierra) en la agricultura, ganadería y biodiversidad. Coloca a todos los elementos del espacio, naturaleza, personas y animales, en tres universos reinados por animales andinos: Uku Pacha (las profundidades; serpiente bicéfala), Kay Pacha (la tierra; puma) y Hanan Pacha (el cielo; cóndor).

En otro trabajo, titulado “La conquista”, uno de los más representativos de sus últimas creaciones, Sulca representa el encuentro de dos mundos: el andino y la invasión española. “La cultura prehispánica, con su iconografía, toma resistencia para no ser destruida por los españoles. El color rojo y amarillo son españoles; y el rojo andino y el azul significan que el arte peruano no ha muerto”, subraya.

El artista no fue ajeno a la época del terrorismo en Ayacucho. Recuerda que los senderistas “me habrán secuestrado unas 15 veces”, debido a que pensaban que en su taller, en el barrio de Santa Ana, explotaba a sus 33 tejedores. “Me pusieron un vigilante para comprobar si enseñaba gratis, dando comida y materia prima a la gente del pueblo”, relata. Los años pasaron y la violencia cesó. Alfonso hoy puede exponer sus trabajos en diferentes galerías peruanas.

MUESTRA. El maestro Sulca, ganador de innumerables premios, como el Primer Puesto en la I Exposición y Feria de Arte Popular del Sur del Perú (1971), Primer Premio en la especialidad de tejidos en la III Exposición de Arte Popular de Ayacucho por la Universidad Nacional San Cristóbal de Huamanga (1968), presenta en el ICPNA de Miraflores la exposición “Alfonso Sulca: visionario del arte del tapiz”, un conjunto de tapices murales realizados en los últimos años (2011 -2015).

EXPOSICIÓN. La muestra de Sulca está abierta al público en el ICPNA de Miraflores (Av. Angamos Oeste 120) hasta el 9 de agosto.

                         

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