Altas dosis de drogas y alcohol consumen menores en el sur
Altas dosis de drogas y alcohol consumen menores en el sur

Los balnearios del sur se han convertido en un refugio para el consumo de drogas y alcohol por menores de edad, quienes cada semana acuden a las discotecas de esta zona de la ciudad.

Ellos tienen entre 14 y 17 años, beben grandes cantidades de alcohol y se divierten como si no hubiera mañana. Asisten a las denominadas "matiné del sur", que son desenfrenadas fiestas que se amoldan a sus horarios.

Son las 13.30 horas del sábado y grupos de jovencitas muestran sus aún no desarrolladas curvas vistiendo diminutos shorts veraniegos.

"Así se visten todas. Es la moda", dice Carolina, quien a sus 14 años ya sabe lo que es divertirse con una cerveza en la mano.

DESCONTROL

La tarde es joven y eso se aprecia en la puerta de los locales Bavaro Beach y Play, a la altura de las playas de Punta Hermosa, en el kilómetro 45 de la Antigua Panamericana Sur.

Jóvenes con pequeñas prendas hacen largas colas para ingresar a estas "discos", donde se les vende bebidas alcohólicas a precios accesibles.

"Tomamos un bus y nos venimos en grupo desde Lima. Es temprano, nos divertimos y bailamos harto. Una vez a la semana no hace daño", comenta José Carlos (16). Admite que sus padres piensan que pasa una tarde de playa.

Se abren las puertas de los locales y los adolescentes ingresan como abejas a un panal. El recinto se llena rápidamente y se supera el aforo máximo de asistentes.

Baldes con combinados etílicos circulan mientras numerosas jovencitas frotan sus curvas sobre sus acompañantes al ritmo del reggaetón.

"Es solamente un baile y así nos divertimos. No tiene nada de malo", comenta Gianina (16). Ella viajó en bus desde el distrito de San Borja para disfrutar de esta fiesta y retornará a su casa, con muchos tragos de más, esa misma noche.

De acuerdo con una ordenanza municipal, los menores de edad están prohibidos de ingresar a locales nocturnos o discotecas. Sin embargo, dichos comercios aprovechan las tempranas horas del día para operar y dejar ingresar a adolescentes sin ningún tipo de restricción.

Este diario ubicó reporteros encubiertos en la puerta de dichos locales y constató que menores sin documentos de identidad o algunos con documentos falsos, transan con los vigilantes de las discotecas, que sin reparos los dejan ingresar.

DROGA LIBRE

Microcomercializadores de drogas, provenientes de Lima, se ubican en la puerta de los baños y, a vista y paciencia de los vigilantes, ofrecen estupefacientes como marihuana y el temido "éxtasis" a los menores.

Al promediar las 18.30 horas, los estragos del alcohol y la tarde loca se evidencian en los bailarines. Algunos yacen en el suelo o bancas del lugar, saturados de alcohol y drogas.

Tambaleantes y caminando en zigzag, los jovencitos salen de los locales. Una adolescente de 15 años sostiene a una amiga para que no se caiga.

A las 12 de la noche, las discotecas del "Sur Chico", como se les llama a las ubicadas en Punta Hermosa y San Bartolo, cierran sus puertas. Sus empleados reparten publicidad a los que salen, esperando repetir la jornada el próximo sábado.