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Trajes coloridos, caretas y demás accesorios son algunos elementos que caracterizan a la Festividad Virgen de la Candelaria. Lo que hasta ahora no sabíamos es que muchas de estas vestimentas, caretas y matracas, utilizadas por los danzarines de los diferentes conjuntos son elaboradas por los internos del penal de Yanamayo.

Cada uno de los presos tiene una historia diferente. Algunos de ellos esperando cumplir su condena y lograr su libertad, otros aún a la espera de una sentencia.

Sin embargo, la habilidad en las manos nadie se las quita. Esto se ha podido observar en los trabajos que vienen realizando en los talleres de manualidades, carpintería y joyería.

Lentejuelas, telas, sedas y pedrería son juntadas para elaborar los trajes coloridos para conjuntos de caporales, morenadas y diabladas, los mismos que son confeccionados por más de 40 internos. Para esto, el penal de Yanamayo tiene un convenio con algunos talleres de bordados de la ciudad de Puno.

El bordador del taller Señorial Condori, Mario Condori Flores, indicó que viene trabajando con los reos desde el mes el mes de octubre del año pasado.

“Se les está enseñando desde el proceso de corte hasta el acabado, en muchos de ellos se ha notado mucho talento y sobre todo dedicación, los trajes que están elaborando debe ser entregado antes del 25 de enero”, indicó.

Gracias al convenio con bordadores y a la facilidad de acceso de los materiales, los internos de los tres pabellones confeccionan trajes para Caporales Centralistas, Diablada Victoria, Diablada y Rey Moreno San Antonio.

Hilario Cama Canqui, quien se encuentra 11 años en el penal por homicidio calificado, nos dice que con el pasar de los años ha logrado desarrollar la habilidad en el bordado. “De aquí saldremos bien preparados, generamos nuestros propios ingresos para el bien nuestro y de nuestras familias, de esta manera reintegrarnos en la sociedad”, expresa mientras va pegando las figuras en lo que será el traje de caporal.

En otro de los pabellones encontramos a Juan Carlos Flores, quien está en uno de talleres más antiguos del penal. Él nos dice que uno de sus anhelos es contar con su propio taller de bordados. “Saliendo de aquí, pondré mi propio taller y enseñaré a aquellos que quieran trabajar”.

En otro ambiente, trabaja César Villanueva, natural del Callao, quien cumple su condena de siete años por robo agravado. Sin duda alguna, sus manos tienen el arte de transformar los metales en joyas. El precio de las joyas que elabora, es de acuerdo al peso y modelo, bordea desde los 20 hasta 350 nuevos soles.

 Así también ubicamos al maestro Rolando Chura, especialista en caretas, quien empezó a trabajar con los internos desde el mes de junio del 2014.

“Se tiene 16 internos trabajando en esta área, tienen talento y sobre todo predisposición”, comenta.

De lo que más se adolece en la festividad son las caretas, por eso casi el 70% son traídos desde Bolivia. Por eso los jóvenes internos se van especializando poco a poco.

Actualmente elaboran caretas para la diablada de la policía y Bellavista. A los internos se les paga de acuerdo al trabajo que realizan, como promedio 60 nuevos soles por careta. La elaboración de una careta especial demora un mes y medio, pero si se tiene el molde listo se puede sacar hasta 100 caretas en un mes.

Y como si ello fuera poco, en el taller de carpintería vienen elaborando matracas para la Festividad de la Candelaria.

El encargado en esta área es Orestes Hinojosa Cáceres. “Este arte lo aprendí aquí”, expresó. Tienen un pedido de 700 matracas para la morenada Salcedo y están dispuestos a cumplir dentro de los plazos.

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