Biblioteca municipal castigada por olvido y desorden
Biblioteca municipal castigada por olvido y desorden

La última vez que una gestión municipal compró libros para la biblioteca municipal Eufemio Lora y Lora fue en 1996. Esto es una clara muestra del descuido y poca importancia que le dan las autoridades ediles al espacio cultural donde miles de estudiantes escolares, jóvenes universitarios y hasta profesionales, acuden para realizar consultas bibliográficas o como sano pasatiempo de lectura.

Desde su inauguración, un 28 de julio de 1980, las instalaciones de la biblioteca se sostienen en base a los textos donados por familias caritativas y diversas instituciones como el Congreso de la República.

VETUSTOS. Una de las propuestas para abastecer la biblioteca con textos actualizados es canjear deudas tributarias por libros. La iniciativa fue planteada por el regidor chiclayano Edwin Vásquez, quien opina que de esta manera se podría fortalecer el catálogo bibliográfico. "Hay varios libros desfasados que necesitan darse de baja. Muy aparte de las donaciones recibidas, la municipalidad debería destinar recursos para comprar textos necesarios para los lectores", precisó.

En efecto, en la biblioteca municipal hay cerca de 9 mil 500 libros, la mayoría de ellos de nivel escolar y cultura general, pero debido a la antigüedad de algunos textos y el deterioro a causa del paso de los años, 308 serán dados de baja en los próximos días. "Es una pena que exista poco interés por la cultura por parte de nuestras autoridades. La mayoría de libros que hay están desactualizados. Algunos textos tienen más de 100 años de antigüedad. A pesar que muchos sirven porque se encuentran bien conservados, otros casi están inutilizables. Esto genera que muchos jóvenes lleguen a estudiar a la biblioteca pero con sus propios textos, solamente usan el mobiliario porque los títulos que buscan no hay en el catalogo", acotó Edwin Vásquez.

Por su parte, el subgerente de Educación y Cultura de la municipalidad de Chiclayo, Luis Pacheco Arroyo, recuerda que recientemente se aprobó un presupuesto de cerca de 300 mil soles para el mejoramiento de los servicios de la biblioteca municipal, monto que está incluido dentro el Presupuesto Participativo 2014. "Haremos un estudio para ver qué libros necesitan adquirirse porque no se trata de llenarse de textos que no son de mayor demanda por los usuarios. También veremos qué equipo mobiliario es el más adecuado, a lo mejor se puede hacer un rediseño del espacio de lectura dependiendo de las áreas que desocupen las oficinas municipales", detalló el funcionario edil.

A los puntos antes mencionados, Pacheco agrega la renovación de las cuatro computadoras que sirven a los 814 usuarios registrados para acceder a información virtual. Estos equipos que fueron obtenidos mediante donación en febrero del 2008, necesitan renovarse tras cinco años de servicio operativo. Quizá otra de las cosas que necesiten desecharse por antigüedad son los andamios que albergan los textos bibliográficos, los mismos que siguen funcionando desde la inauguración del recinto cultural en 1980.

BULLICIO. El lamentable episodio que redujo a cenizas el Palacio Municipal tras el incendio ocurrido el 7 de setiembre del 2006 obligó a varias oficinas ediles a reubicarse, precisamente, en la biblioteca Eufemio Lora y Lora.Hasta la fecha permanecen en sus ambientes la Procuraduría Municipal, la subgerencia de Turismo, Planificación, Relaciones Públicas, Secretaría General, Almacén, entre otras.

"Se entiende la necesidad de buscar un espacio de emergencia, pero los trabajadores que ocupan las oficinas municipales deben entender que cerca a ellos hay personas que están estudiando. El bullicio que hay en las mañanas desconcentra a cualquiera. Esta es una de las causas del porqué hay cada vez menos usuarios", resalta el regidor Vásquez. En alusión a este punto, el 22 de mayo último, 120 usuarios de la biblioteca mostraron su malestar por el desorden que existe en los ambientes de la biblioteca y al mismo tiempo le exigieron al alcalde Roberto Torres poner orden entre sus trabajadores. La petición quedó rubricada en un escrito presentado formalmente ante el despacho del burgomaestre chiclayano.

En tiempos donde la lectura se vuelve cada vez en una práctica menos frecuentes se necesitan autoridades comprometidas con la cultura sin que esta sea tomada como la última rueda del coche, quizá porque no da muchos réditos populares o tal vez porque no asegura muchos votos en campaña electoral.