Buscando la casa de Mariano Melgar
Buscando la casa de Mariano Melgar

¿Dónde queda la casa de Mariano Melgar? es la pregunta cuya respuesta ignora la mayoría de arequipeños. Buscar la casa número 418 de color verde lima, de vidrios rotos y paredes sucias por el smog, es todo un reto.

Buenas tardes - digo con curiosidad -. ¿Esta es la casa de Mariano Melgar? Pues no sé, eso dice en la placa. Fue una de las respuestas que escuché al preguntar sobre el recinto del poeta arequipeño. Algunos inquilinos de mirada escrutadora, dicen que hay un dueño y que no saben y no les interesa si Mariano Melgar nació o no en la vivienda que hoy habitan.

"Yo no soy de Arequipa, si nació o no acá no nos corresponde saber ni menos contestar a la pregunta" - responde una mujer que dice ser de Lima y que en el más puro estilo guachimán, dice desconocer la historia.

Doce del día en la segunda cuadra de la calle Melgar. El calor y la contaminación ambiental son insoportables, y la placa parece un letrero cualquiera.

"Aquí nació el poeta y prócer de la independencia del Perú, Mariano Lorenzo Melgar y Valdivieso". Un homenaje rendido en agosto de 2007.

Mientras leo la placa de mármol, la gente se detiene a preguntarme. ¡Oiga! ¿Aquí vivió Melgar, entre cantinas? Contesto que sí nació ahí. Sin embargo, lo de los bares no me atrevo a responder, pues no sé en que momento, esa calle se inundó de "huacterías y borrachos".

HISTORIA. Para Juan Guillermo Carpio Muñoz, Mariano Melgar y Valdivieso nació en 1790 en la calle Santa Teresa número 418, que hoy lleva el nombre del poeta.

"Santa Teresa era la entrada y salida de Arequipa, el nombre de la calle era atribuido a la iglesia que se encuentra hoy en la esquina de la calle Peral con Melgar, después al parecer, aún no se sabe, en 1940 en el "centenario", la propia gente le cambia el nombre a la calle en honor a la labor que realizó este personaje".

Carpio, cada vez que habla del prócer, siente que el arequipeñismo vibra en su sangre, en su cuerpo y sus ojos brillan y mueve las manos haciendo caminos imaginarios, dibujando en el aire las calles que en ese entonces surcaban Arequipa.

"En esos años, la prolongación Melgar no existía, San Pedro y la calle Santa Teresa eran la entrada de Puno a la ciudad , es decir existía un gran flujo de personas que provenían de esta zona. Miraflores, solo era San Antonio y unas callejuelas; era una "pampa", de ahí nace la expresión de "indios pampeños". Es claro que Melgar creció viendo a esa gente, personas indígenas que pasaban obligatoriamente por su casa".

Melgar, según el historiador, vivió una época en donde la educación tuvo un cambio radical, pues Chaves de la Rosa realizó una reforma del seminario de San Gerónimo.

"El español, Chaves de la Rosa trajo su biblioteca desde Cádiz, libros que hablaban de la corriente enciclopedista, información que fue estudiada y adecuada más tarde por los contemporáneos de Melgar para la independencia como: Luna Pizarro, Mariano José de Arce, José María Corbacho y otros. Esas ideas de libertad impulsaron a los hombres de ese tiempo a reflexionar sobre su realidad".

Pensamientos que se cuajaban en las "tertulias literarias", reuniones en las que los independentistas se unían para debatir sobre la liberación del país, del yugo español. Reuniones que pudieron haberse dado en la casa de Melgar y que Juan Carpio no descarta.

"Melgar es la personificación de la identidad arequipeña, él fue patriota, héroe, poeta, traductor, todo un genio y con tan solo 24 años; no debemos ser ingratos y olvidar el lugar donde vivió. Su casa debería ser un lugar dedicado a cultivar esas artes".

El día ha culminado, con el recuerdo de una casa olvidada y poco digna para un prócer. ¿Por qué un pueblo olvida a sus héroes?

Un olvido que se ha reflejado en los actos vandálicos de algunos habitantes de la ciudad. "Cuando era niño, hoy tengo 69 años, existía una placa enorme dedica a Melgar , hoy ya no está".

La historia, según relata Carpio, cuenta que Melgar ingresó a Arequipa con un grupo de independentista para un "cabildo", "Esa vez Melgar, no podemos desechar la idea, visitó su hogar para saludar a los suyos, una visita que sería la última pues después moriría en Umachirí.

Ahora debemos evitar que siga muriendo en la memoria de algunos arequipeños".

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