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Visto desde cualquier ángulo, “Gordo Tobi”, uno de los extorsionadores más curtidos de San Juan de Lurigancho, parece un tipo inofensivo. Está enmarrocado, inmovilizado, sin posibilidad de redención. Con la quijada a ras de suelo, mueve la cabeza como si buscara una salida, tal vez una solución.

“Gordo Tobi” es el alias de Juan Carlos Almidón Luna (43), sindicado por la Policía como uno de los cabecillas de una mafia dedicada al tráfico de tierras y la extorsión en una comunidad del Valle de Jicamarca, al este de Lima.

Fue detenido la madrugada del último 20 de julio por agentes de la División de Robos de la Divincri, en la quebrada El Algarrobo, en los límites de San Juan de Lurigancho y Chosica, a una hora de Lima.

Su captura y la consiguiente desarticulación de la mafia que dirigía -con unos veinte integrantes- se suma a otras realizadas en el presente año en diversos puntos de la ciudad.

Según la Policía, en lo que va del 2015 se ha desbaratado 13 bandas dedicadas al tráfico de terrenos.

Los detenidos acusados por ese delito superan los 65, según el coronel José Garay, jefe de la División de Robos, y en la mayoría de casos tienen antecedentes por robo agravado, extorsión y tráfico de drogas.

Ciclo delictivo. “Estas agrupaciones suelen estar conformadas por delincuentes del Callao, San Juan de Lurigancho, Barrios Altos y otros. Un traficante los contrata y les paga 80 soles diarios por el trabajo, según ha dicho uno de los integrantes de la banda del ‘Gordo Tobi’”, asegura Garay.

Para traficar tierras, los hampones primero se adueñan de un predio usando armas. Luego venden estos, valiéndose de documentos falsos y finalmente extorsionan a los nuevos propietarios.

“Es un ciclo delictivo que hay que combatir. Y una de las maneras es denunciar. Que la gente denuncie estos hechos”, invoca Garay.

Cuando fue detenido, “Gordo Tobi” dijo que trabajaba en construcción. Lo que no contó es que, al igual que varios de sus compinches, había purgado prisión por robo agravado en el penal del Callao, en el 2000.

“Ese es un problema. Varios de los traficantes de tierras están libres por culpa de jueces y fiscales. El problema del tráfico de terrenos es un problema grave en el país”, opinó el exministro del Interior Remigio Hernani.

Avance. Según la Policía, la mafia de traficantes en San Juan de Lurigancho tenía el control de unas 40 hectáreas de terreno, en donde cada lote es de 110 metros cuadrados, valorizadas en 45 mil dólares.

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